El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha encabezado, durante el Día de la Independencia, una multitudinaria manifestación convocada en defensa de la "libertad" pero que en la que finalmente han sobresalido demandas con tintes antidemocráticos.
Durante su discurso ante miles de personas en Brasilia, Bolsonaro ha vuelto a amenazar al Tribunal Supremo, quien ha abierto una investigación contra el mandatario sobre difusión de noticias falsas y amenazas a la democracia que ya ha llevado a la cárcel a numerosos activistas de ultraderecha.
"No podemos aceptar más prisiones políticas en nuestro Brasil. O el jefe de ese poder encuadra a los suyos o ese poder puede sufrir aquello que nosotros no queremos", ha afirmado el mandatario ante sus seguidores, sin especificar exactamente las supuestas represalias.
"No queremos pelear con ningún poder, pero no podemos admitir que una persona turbe nuestra democracia y ponga en riesgo nuestra libertad", ha agregado en una referencia velada al magistrado Alexandre de Moraes, con el que se ha enemistado en el marco de un grave conflicto institucional.
El ataque a las instituciones como bandera
El mandatario ha sobrevolado en helicóptero, acompañado de algunos ministros, la región donde se concentraban miles de manifestantes en Brasilia, y posteriormente se ha desplazado en coche por la Explanada de los Ministerios, avenida donde se concentran las sedes de los tres poderes.
Los participantes, vestidos con camisas y banderas verdes y amarilla, los colores de Brasil, han sostenido pancartas en las que pedían, entre otros asuntos, la destitución de los magistrados del Supremo e incluso una intervención militar.
El ataque a las instituciones, con las que Bolsonaro se ha enfrentado en los últimos meses, ha sido de una de las banderas de las manifestaciones, la cuales han sido convocadas por el propio presidente en defensa de la "libertad" y los valores conservadores.
En la manifestación de Brasilia, una de las más multitudinarias, se han vivido algunos momentos de tensión después de que un grupo de manifestantes intentase traspasar una barrera policial, lo que ha obligado a los agentes a lanzar bombas de gas lacrimógeno para dispersar el grupo.
Además de Brasilia, Bolsonaro tiene previsto desplazarse esta tarde a Sao Paulo, donde se espera otra de las protestas más multitudinarias.
Las protestas de este martes se producen en medio de las crecientes tensiones políticas y sociales en Brasil, agudizadas ahora por la desconfianza sembrada por Bolsonaro en el sistema electrónico de votación que Brasil adoptó en 1996, que desde entonces no ha sido objeto de una sola denuncia de fraude, pero que según el mandatario propicia las trampas.
Coinciden, además, con la caída en picado de la aprobación del mandatario, que llega hoy a un escaso 25 % de los brasileños, acentuada por la crisis económica y sanitaria que azota el país.