La Corte Suprema de Brasil determinó que el expresidente Jair Bolsonaro declare ante la Policía en un plazo de 10 días, en el marco de un proceso que investiga el intento de golpe del pasado 8 de enero.
En esa fecha, miles de activistas de la ultraderecha que apoya a Bolsonaro asaltaron los tres poderes de la Nación en Brasilia, con la intención de forzar una intervención militar para derrocar al presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien había asumido el poder ocho días antes.
Ese día, Bolsonaro se encontraba en Estados Unidos, hacia donde había viajado el 30 de diciembre, aun en su condición de mandatario, con la intención de no entregarle la banda presidencial a Lula, cuya victoria en las urnas en octubre pasado siempre puso bajo sospecha.
Los miles de bolsonaristas que asaltaron las sedes de la Corte Suprema, el Parlamento y la Presidencia el 8 de enero habían estado durante más de dos meses acampados a las puertas de los cuarteles del Ejército exigiendo un golpe, en una actitud antidemocrática que el líder de la ultraderecha no condenó y hasta llegó a avalar.
Por esos sucesos fueron detenidas 2.151 personas, de las cuales 294 permanece en prisión, en tanto que el resto responderá ante los tribunales en libertad.
El Supremo ha incluido a Bolsonaro entre los investigados, a fin de determinar si, aun estando ese día en Estados Unidos, de donde regresó el pasado 30 de marzo, incitó ese movimiento o si incluso tuvo algún papel en la planificación.