La guerra contra el COVID-19 es otra porque la variante Delta es tan contagiosa como la varicela, puede ser transmitida por personas vacunadas y causar una enfermedad más grave que las cepas anteriores, según los Centros para el Control de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos.
Un documento interno de los CDC con el título “Improving communications around vaccine breakthrough and vaccine effectiveness” (Mejora de la comunicación sobre el avance y la eficacia de las vacunas), afirmó que la variante de rápida propagación requería un nuevo enfoque para ayudar al público a entender el peligro.
Según el documento, confirmado por los CDC y del que informó por primera vez el Washington Post, los no vacunados tenían tres veces más probabilidades de infectarse y más de 10 veces más de enfermar gravemente o morir.
“Reconocer que es una guerra diferente”, dijo, y “mejorar la comunicación sobre el riesgo individual entre los vacunados”.
Los CDC describieron la variante Delta como no menos transmisible que la varicela y más transmisible que una serie de otras enfermedades, como el MERS, el SARS, el ébola, la viruela, el resfriado común y las gripes estacionales, incluida la gripe que causó la pandemia de 2018.
La agencia recomendó medidas de prevención que incluyen la obligatoriedad de las vacunas para los profesionales sanitarios con el fin de proteger a las personas vulnerables y la vuelta al uso universal de mascarillas.
Si bien las personas vacunadas tenían menos probabilidades de infectarse, una vez que contraían la infección podían tener las mismas probabilidades que los no vacunados de transmitir la enfermedad a otros, dijo el documento.
EL VIRUS ES MÁSFUERTE
La Organización Mundial de la Salud afirmó que los logros alcanzados con tanto esfuerzo en la lucha contra el COVID-19 se están perdiendo a medida que la variante Delta se extiende, pero que la vacunación aún puede salvar vidas.
“Las vacunas actualmente aprobadas por la OMS proporcionan una protección significativa contra la enfermedad grave y la hospitalización”, dijo el principal experto en emergencias del organismo sanitario mundial, Mike Ryan, en una rueda de prensa. “Estamos luchando contra el mismo virus, pero un virus que se ha vuelto más fuerte”.
La versión de rápida propagación y más formidable del coronavirus que causa el COVID-19 ha puesto patas arriba las suposiciones de virólogos y epidemiólogos sobre la enfermedad, incluso cuando las vacunas han permitido a muchos países levantar las restricciones sociales. Delta se ha convertido en la variante dominante en el mundo, documentada en 132 países hasta la fecha, según la OMS.
El martes, los CDC, que habían dicho hace meses a las personas vacunadas que ya no necesitaban llevar mascarillas, dieron marcha atrás y señalaron que incluso los totalmente vacunados debían llevar la cara cubierta en situaciones en las que era probable que el virus se propagara.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, instó el jueves a los gobiernos locales a pagar a la gente para que se vacune y estableció nuevas normas que exigen a los trabajadores federales que presenten pruebas de vacunación o se realicen exámenes periódicos.
“Lo principal que cambia (por Delta) es que se seguirán utilizando las mascarillas y que en los países en los que se ha levantado este requisito, habrá que volver a introducirlo”, dijo Carlo Federico Perno, jefe de diagnóstico de microbiología e inmunología del Hospital Bambino Gesù de Roma.
ASIA ENDURECE RESTRICCIONES
Los países de Asia, muchos de los cuales evitaron las graves consecuencias que hubo en naciones occidentales en 2020, se han visto especialmente afectados en las últimas semanas por la propagación de la variante Delta, detectada por primera vez en India.
Australia, Japón y Filipinas fueron algunos de los países que anunciaron el viernes restricciones más estrictas contra el COVID-19.
“Sabemos por la investigación que (Delta) tiene una carga viral 1.000 veces mayor que las variantes anteriores, por eso vemos más casos porque se transmite más fácilmente y más rápido”, dijo a Reuters Dicky Budiman, epidemiólogo de la Universidad de Griffith, en el estado australiano de Queensland.
Delta parece causar síntomas más graves, especialmente en lo que respecta a las dificultades respiratorias, añadió.