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Ex presidente francés Nicolas Sarkozy será juzgado por corrupción

Años de investigaciones han acabado con el ex expresidente conservador francés, Nicolás Sarkozy ante los jueces no para ser juzgado por los delitos que supuestamente cometió sino por haber intentado obtener, sonsacando a un magistrado, informaciones secretas sobre una de las investigaciones que le conciernen, el conocido como “caso de las escuchas”.

Es el primer proceso por “corrupción” contra el antiguo jefe de Estado francés y puede ser sólo el comienzo de su odisea judicial.


Origen del caso
En 2013, la Justicia decidió pinchar los teléfonos de Sarkozy durante la investigación de la supuesta financiación ilegal de su campaña electoral de 2007. Los jueces sospechaban que había sido financiada por el entonces dictador libio Muhamar El Gadafi. Los jueces descubren poco después que Sarkozy utiliza otro número y también lo pinchan. Esas escuchas dan pie a otras sospechas.
Los jueces escuchan cómo Sarkozy discute con su abogado Thierry Herzog cómo obtener informaciones secretas de otro caso de corrupción que llevaba el magistrado Gilbert Azibert. Herzog cuenta a Sarkozy que se ha puesto en contacto con “Gilbert” y que han hablado “de una cosa en Mónaco”. La Justicia sospecha que Sarkozy y su abogado intentan que Azibert les entregue información confidencial y que a cambio le ofrecen un lucrativo puesto en el Consejo de Estado en Mónaco.

En el escrito de acusación, la Fiscalía Nacional Financiera escribe: “Existen cargos suficientes contra Nicolas Sarkozy y Thierry Herzog”. También se acusa a Azibert, en este caso por “corrupción pasiva”, por haberse dejado comprar. Sarkozy, Herzog y Azibert se sentarán este lunes ante los jueces. Estos dos últimos son acusados también de “violación del secreto de instrucción”.
Herzog es un abogado famoso especializado en defender a políticos acusados de corrupción. Azibert, jubilado desde 2014, fue presidente de la cámara segunda (civil) de la “Cour de Cassation” después de haber sido director de la Escuela Nacional de la Magistratura y fiscal jefe en Burdeos.


Las escuchas
Los jueces no transcribieron todas las conversaciones sino las que pudieran probar el intento de corromper al magistrado. En una Sarkozy le dice a su abogado que le prometa al magistrado el puesto en el Consejo de Estado monegasco: “Dile que yo me encargaré, que tengo que ir a Mónaco y que voy a ver al príncipe (se entiende que se refiere a Alberto de Mónaco)”.

La Justicia no tiene pruebas de que Sarkozy interviniera efectivamente ante el príncipe Alberto de Mónaco y las autoridades del principado lo niegan. Pero los jueces consideran que no necesitan pruebas “porque el pacto de corrupción sí se hizo”. Así, se juzga la intención sin entrar en el fondo del asunto: si Sarkozy consiguió las informaciones secretas o si Azibert consiguió el puesto en Mónaco (que no consiguió).
Los magistrados creen que Sarkozy y Herzog estaban informados de las investigaciones judiciales por un “topo”, alguien que tenía acceso a la información judicial confidencial y la hacía llegar al ex presidente o a su abogado. Después de varias investigaciones internas nunca encontraron “topo” alguno.


¿A prisión?

El ex presidente francés se enfrenta, si es declarado culpable de los cargos de “corrupción” y “tráfico de influencias”, a una pena máxima de diez años de prisión, a la inhabilitación para ejercer cargos públicos y a una multa máxima de un millón de euros.
El expresidente asegura que nunca ha hablado con Azibert y que nunca le prometió nada ni le pidió nada. Durante la investigación dijo: “No tenía ninguna necesidad de influenciar al señor Azibert”. Sobre la promesa de buscarle un puesto en el Consejo de Estado en Mónaco, asegura que lo hizo como un favor a su amigo y abogado Thierry Herzog y que fue algo a lo que no dio importancia alguna, algo “de una banalidad extrema”.

La defensa de Herzog se basará en asegurar que las conversaciones son parte del secreto profesional entre un abogado y su cliente, a pesar de que el Tribunal de Casación ya dijo que las escuchas fueron legales. Dominique Allegrini, abogado del juez Azibert, denuncia un caso con poca enjundia pero muy mediático: “Después de seis años de instrucción tenemos seis frases que podemos considerar como equívocas, pero si pones Sarkozy, Mónaco y Tribunal de Casación en un título te sale dinamita”.