Como cada año se realizó el tradicional desfile de honor para celebrar el cumpleaños de la Reina, donde por primera vez participó la duquesa de Sussex, quien se robó todas las miradas con un elegante diseño, pero que estaba completamente fuera de protocolo.
El vestido rosado que usó Meghan Markle para la ocasión fue diseñado por Carolina Herrera, el que tenía un pronunciado escote bardot sin hombros, generando polémica, ya que el protocolo dice que las mujeres de la familia real no pueden mostrar más piel de la necesaria.
Pero además de eso, pocos notaron que este atuendo no sólo transgredía las normas de la corona, sino que además estaba inspirado en uno de los vestidos más icónicos de Lady Di.
El vestido de satín rosado con el mismo escote que el de la ex actriz fue diseñado por Catherine Walker para la Princesa, quien lo usó en cuatro ocasiones. El traje fue subastado en 1997.