La Administración de Joe Biden anunció que garantizará el estatus de protección temporal (TPS, en sus siglas en inglés) a los ciudadanos venezolanos que se encuentran en Estados Unidos por razones de “crisis humanitaria”, lo que les permitirá seguir residiendo en el país de forma legal y trabajar. Biden cumple así con una demanda constante de los opositores al régimen de Nicolás Maduro, que encontraron en el anterior presidente, el republicano Donald Trump, un aliado en cuanto a la presión sobre Maduro, a base de sanciones y mensajes de mano dura, pero no unos oídos receptivos en cuanto a la situación de los ciudadanos huidos de la pobreza y la inestabilidad del país caribeño.
El programa, según explicaron fuentes del Gobierno, beneficiará a unos 320.000 ciudadanos que ya están en suelo estadounidense, llegados antes del 8 de marzo, y excluye a quienes planean viajar a partir de ahora. En sus últimos días en el cargo, Trump sí aprobó una orden para suspender durante 18 meses la deportación de venezolanos, lo que, a efectos prácticos, también les deja seguir residiendo, pero les mantiene en un limbo administrativo. Funcionarios de la Administración señalaron este lunes que la dispensa de Trump seguirá vigente y, por tanto, es elección de los ciudadanos venezolanos solicitar la TPS, que durará también 18 meses. Para hacerlo, los interesados deben cumplimentar el trámite en un plazo máximo de 180 días y pagar una tasa total de 545 dólares.
Más de 700.000 venezolanos han abandonado el país desde el final de 2019 y 2020 acabó con una comunidad de 5,3 millones en el extranjero. Si el cálculo empieza con 2015, primer año de éxodo masivo, la magnitud es muy similar a la del número de refugiados sirios en 2016 (5,5 millones), cinco años después del comienzo de la crisis siria, según un informe de la Brookings Institution, uno de los laboratorios de ideas más reputados de Estados Unidos.
Biden llegó a la Casa Blanca en un momento de cambio para Venezuela, escasos días después de producirse, además, el cambio de tercio de la Unión Europea respecto al país. Los aliados europeos retiraron a Juan Guaidó su reconocimiento como presidente encargado (interino) del país tras las elecciones de la Asamblea Nacional del pasado diciembre, pues la legitimidad constitucional de Guaidó procedía de su presidencia de dicha Cámara legislativa y el control de esta cambió de manos. Estados Unidos mantiene su consideración a Guaidó, pero la estrategia de Washington no va a seguir la misma línea que la de Donald Trump.
El TPS es una primera señal del cambio, así como también su interés en coordinar la estrategia de sanciones con los aliados en Europa y América Latina. “No hay prisa por levantar las penalizaciones”, señaló este lunes, durante una llamada con la prensa, un funcionario de la Administración, si bien, añadió, “hay que reconocer que las sanciones unilaterales no han funcionado para conseguir que se convoquen elecciones libres y justas”. Una vez eso ocurra, recalcó, es cuando Estados Unidos estará dispuesto a suavizar los castigos impuestos por la anterior Administración.