El expresidente francés Nicolas Sarkozy fue condenado en apelación a tres años de cárcel, dos exentos de cumplimiento, por un delito de corrupción cometido en 2014, la misma pena a la que fue sentenciado en marzo de 2021 en primera instancia.
Sarkozy, el primer ex jefe del Estado condenado a una pena de prisión efectiva, no ingresará en prisión, porque el tribunal precisó en su condena que puede cumplir la pena en arresto domiciliario y con un brazalete electrónico.
Vestido de gris, con semblante serio, Sarkozy, retirado de la primera línea política desde 2016, pero muy influyente entre los conservadores franceses, asistió a la lectura del veredicto en el palacio de Justicia de París, que abandonó sin hacer declaraciones.
Su abogada, Jaqueline Laffont, consideró la sentencia “desconcertante”, destinada a dar “lecciones morales, pero no de derecho”, al tiempo que confirmó que recurrirán al Supremo y llegarán “hasta el final” para demostrar la inocencia del expresidente.
El expresidente fue condenado en primera instancia en marzo de 2021 a tres años de cárcel, dos de ellos exentos de cumplimiento, por un delito cometido en 2014, dos años después de abandonar el poder, cuando, según la sentencia, utilizó su influencia para obtener beneficio en otra causa.
Durante el juicio en apelación en diciembre pasado, la Fiscalía había pedido una reducción de esa pena, con tres años exentos de cumplimiento, pero el tribunal ha sido más duro con Sarkozy.