El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y el exjuez y senador opositor Sergio Moro intercambiaron acusaciones sobre el plan descubierto la víspera para atentar contra autoridades, entre ellas el legislador.
"No voy a hablar porque creo que es un montaje de Moro. Pero quiero ser cauteloso y averiguaré qué pasó", declaró Lula durante un acto público en Río de Janeiro, donde cumplió una agenda de compromisos.
El jefe de Estado indicó que va a "esperar" y no va a "atacar" a nadie "sin tener pruebas", pero reiteró que puede ser un "montaje" de Moro y, de comprobarse, el exjuez "quedará más desmascarado todavía".
"Yo no sé lo que él hará de la vida si continúa mintiendo de esa manera. Pero tampoco Moro es mi preocupación; mi preocupación son 215 millones de brasileños que están esperando que les podamos mejorar la vida", apuntó Lula.
El líder progresista, un día antes de descubrirse el plan, había declarado en una entrevista al canal Brasil 247 que cuando estuvo en prisión por 580 días, sentenciado por el entonces juez, sólo pensaba en "joder" a Moro.
El exjuez, por su parte, respondió ese día a Lula en una entrevista al canal CNN Brasil diciendo que el gobernante se "estaba vengando del país" y usaba lenguaje de "bajo calibre".
Ya este jueves, Moro reclamó en sus redes sociales que Lula "da carcajadas por la amenaza a un senador y su familia por parte del crimen organizado".
"Ahora le pregunto, ¿señor (Lula), usted no tiene decencia?", escribió Moro en su perfil de Twitter.
La Policía Federal desmanteló el miércoles una organización criminal que planeaba una serie de ataques y homicidios que ocurrirían de forma simultánea en cinco estados de Brasil contra altos funcionarios y políticos.
Entre quienes serían objeto de los ataques estaba Moro, conocido internacionalmente por condenar y encarcelar a Lula en la operación anticorrupción Lava Jato y quien fuera ministro de Justicia en el Gobierno de Jair Bolsonaro (2019-2022).
Según el ministro de Justicia, Flávio Dino, las investigaciones señalaron que los ataques podrían ocurrir de forma simultánea y los principales sospechosos estarían en Sao Paulo (sudeste) y Paraná (sur), el estado de Moro y desde donde se coordinó la operación Lava Jato.
En total, 120 uniformados fueron movilizados el miércoles para cumplir 11 órdenes de prisión y 24 de allanamientos en residencias e inmuebles de los sospechosos.
Moro acusó al Primer Comando de la Capital (PCC), una poderosa mafia brasileña de narcotráfico surgida en las cárceles de Sao Paulo en los años noventa y considerada como la principal organización criminal de Suramérica, como la red responsable de los fallidos ataques.
En su condición de ministro de Justicia de Bolsonaro, el ahora senador ordenó el traslado de varios dirigentes del PCC a presidios federales de máxima seguridad, en donde quedaron aislados por varias semanas.