El fallecimiento del Navy Seal tailandés, Samarn Kunan, en la provincia de Rayong, dan cuenta la alta complejidad en el rescate de los niños que permanecen en una gruta inundada en ese país.
El aumento de las lluvias y la falta de oxígeno aumentan la presión al interior de la cueva. De hecho se suspendió el intento de rescate para esta noche, anunciaron autoridades.
“El rescate no será esta noche”, dijo el gobernador de Chiang Rai y coordinador de los socorristas tailandeses, Narongsak Ossottanakorn. Los 12 niños y su entrenador de fútbol, atrapados hace dos semanas, deberán seguir soportando las malas condiciones y el peligro.
Para desgracia, se espoeran fuertes lluvias para las próximas horas.
La muerte de un buzo tailandés , el Navy Seal que falleció después de dejar tanques de oxígeno en la eventual ruta de evacuación, al quedarse sin aire cuando iba de vuelta, denotó que no será una tarea sencilla. La falta de oxígeno en la cueva, repleta de recovecos, pasadizos y obstáculos, además del agua, es un peligro que ya resultó mortal para este buzo.
Los expertos reconocen que no están dadas las condiciones para que aprendan a bucear, ya que incluso muchos de los niños no saben nadar. Relatan las autoridades que cada viaje hasta la cámara donde están los niños toma a los buzos profesionales 11 horas, seis de ida y cinco de vuelta. En el camino atraviesan alrededor de 1,7 kilómetros sin luz y contra la corriente. Para los niños sería muy difícil de lograr, reconocen.
“Los niños están aprendiendo a bucear. Vamos a tomar el mínimo riesgo posible, pero no podemos esperar hasta que comiencen las fuertes lluvias y empeore la situación”, reconoció el gobernador Ossottanakorn.
Nadie se atreve a establecer una fecha estimativa del rescate, pero aseguran que sería en forma gradual. Los niños tienen la fuerza para caminar, pero no para nadar con seguridad, dijeron las autoridades y los rescatistas en el campamento. La mejor opción sería por ahora sacar primero a los niños que estén en las mejores condiciones físicas y psicológicas.
Al menos los rescatistas lograron instalar una línea de aire al interior de la cueva debido a que la principal preocupación es el nivel de oxígeno de la cámara. Según las autoridades, el nivel bajó al 15%, mientras que lo habitual es 21%.
Las imágenes de los niños -entre 11 y 16 años- reveladas hasta ahora evidencian la pérdida de peso que sufrieron por los casi 10 días que estuvieron sin alimentos aunque están en buen estado de ánimo y de salud.
El mayor desafío es rescatar al grupo sin arriesgar sus vidas. Los equipos de rescate han realizado más de 100 orificios verticales en el sector a la espera que uno sea una ruta directa a la cueva. Por ahora no hay resultados exitosos.
A pesar que las bombas que extraen agua están funcionando sin descanso a la espera de que baje el nivel para que los niños puedan salir sin tener que bucear o que lo hagan lo mínimo posible, el panorama para los próximos días no es alentador debido a las lluvias monzónicas.
Sobre la muerte del buzo tailandés, el vicepresidente de Chiang Rai, Passakorn Boonyaluck, dijo: “Una vez que su misión terminó, volvió buceando, pero no tuvo suficiente oxígeno". "No dejaremos que su vida sea en vano. Seguiremos adelante”, dijo por su parte el almirante Apakorn Yuukongkaew.
Así, el panorama para el rescate cada hora es más complejo y las autoridades reconocieron que el tiempo para sacar a los niños con vida es “limitado”.