Tras las elecciones del 20 de octubre en Bolivia, se detonaron protestas en diversas localidades, que -junto a la presión que ejercieron las Fuerzas Armadas- terminaron en la renuncia del ex presidente Evo Morales.
Las manifestaciones comenzaron debido a que parte de la población consideró que el Ejecutivo había incurrido en “fraude electoral”, razón por la que se pidió una auditoría a la Organización de Estados Americanos (OEA), que en su informe preliminar señaló que se detectaron“graves irregularidades” en el conteo de votos.
Lee también: Gobierno de Bolivia filtra video en que supuestamente Evo Morales ordena a seguir con bloqueos
Este jueves, en su informe final, la OEA confirmó que hubo manipulación en los comicios por parte de autoridades y cercanos al gobierno. La investigación duró alrededor de un mes y reconoció dos aristas importantes en las que hubo fraude.
En primer lugar, se encontraron irregularidades en las actas y firmas de los jurados de mesa y, en segundo término, en el procesamiento de los resultados, en donde se redireccionaron los datos a dos servidores confidenciales que no eran parte del Tribunal Electoral de Bolivia.
Al respecto, Morales se manifestó a través de Twitter y le exigió a la OEA que “retire sus declaraciones engañosas y piden al Congreso de #EEUU se investigue a este organismo y se rechace el golpe y las violaciones de DDHH en #Bolivia. Nosotros no tenemos nada que esconder y por eso hemos impulsado una auditoría”.
El reporte del organismo internacional estuvo compuesto por 26 expertos, entre estos, abogados, especialistas en elecciones y especialistas en caligrafía.
En estos momentos, el ex mandatario boliviano se encuentra en México, país que según un comunicado del gobierno le dio asilo debido a “razones humanitarias y en virtud de la situación de urgencia que enfrenta en Bolivia, en donde su vida e integridad corren riesgo”.
