El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, expulsó del país a una misión de la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh), luego de que esta denunció en un informe el "alto grado de represión" de las protestas contra el gobierno.
Así lo anunció el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), cuya presidenta, Vilma Núñez, tildó de "inaudita" la decisión del gobierno, que enfrenta desde abril pasado una ola de protestas que han dejado centenares de muertos.
La misión de la Acnudh llegó a Nicaragua en junio pasado para conocer de la crisis sociopolítica que, según el informe que emitió el pasado miércoles en Ginebra, ha dejado "más de 300 muertos y dos mil heridos".
La misión, encabezada por el peruano Guillermo Fernández Maldonado, ya había denunciado "obstáculos" por parte del gobierno para realizar su trabajo en Nicaragua.
Lapidario informe
En el informe emitido el miércoles, la Acnudh acusó al gobierno nicaragüense por el "uso desproporcionado de la fuerza por parte la policía, que a veces se tradujo en ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas, y obstrucción del acceso a la atención médica", entre otras violaciones a los derechos humanos contra cualquier persona que opine distinto al ejecutivo.
También lo responsabilizó de "detenciones arbitrarias o ilegales con carácter generalizado, frecuentes malos tratos y casos de torturas y violencia sexual en los centros de detención, violaciones a las libertades de reunión pacífica y expresión".
Cabe señalar que mañana sábado la ex Presidenta Michelle Bachelet asumirá el cargo de alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, es decir, asumirá la misma comisión que fue expulsada por Ortega.