Miles de migrantes hondureños siguen su camino a través de México rumbo a Estados Unidos, desafiando la advertencia del presidente Donald Trump de hacer todo para “detener la embestida” en la frontera sur.
Tras más de siete horas caminando desde la fronteriza Ciudad Hidalgo bajo un intenso y húmedo calor, la caravana llegó a Tapachula, una pequeña ciudad de poco más de 300.000 habitantes en el sureño estado de Chiapas.
“Llegamos quemados por el sol, con llagas, pero llegamos. Nuestros coraje es más grande que las amenazas de Trump”, dijo Britany Hernández, una joven mientras recibía algo de comida tras hacer una larga fila.
El parque central de Tapachula -una pequeña plaza salpicada con diminutas jardineras, un escenario y una explanada de cemento parcialmente techada- resultaba insuficiente para cubrir a los cientos de migrantes de la torrencial lluvia que cayó la tarde del domingo.
Mientras tanto, una segunda caravana de casi un millar de hondureños inició el domingo su travesía a pie desde Guatemala para llegar a la frontera con México, en ruta hacia Estados Unidos.