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Primera ministra de Italia critica a la flotilla humanitaria que iba rumbo a Gaza y afirma que "no beneficia al pueblo palestino"

La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, ha criticado este jueves desde Copenhague que la Global Sumud Flotilla, que trataba de llevar ayuda humanitaria a la franja de Gaza, "no aporta beneficio alguno al pueblo de Palestina", pero ha garantizado que su Gobierno está ofreciendo la asistencia necesaria a los tripulantes italianos detenidos puedan volver "cuanto antes" a su país.

"Sigo pensando que todo esto no aporta beneficio alguno al pueblo de Palestina, mientras que me parece que traerá muchos inconvenientes al pueblo italiano", ha resumido la ultraconservadora y ultraderechista italiana en declaraciones a la prensa a su llegada a la reunión de la Comunidad Política Europea (CPE) que reúne a casi medio centenar de líderes europeos en Copenhague.

De este modo, Meloni ha indicado que las operaciones de abordaje "están aún en curso" y que su Gobierno sigue la situación "al minuto", mientras que el Ministerio de Exteriores está en contacto con los abogados de algunos de los pasajeros de la flotilla para hacer "todo lo posible" para que puedan regresar a Italia "cuanto antes".

Irlanda ha anunciado también que asegurará asistencia consultar a los detenidos, según ha dicho el primer ministro Irlandés, Micheál Martin, quien a su llegada a la reunión en Copenhague ha avisado a Israel de que "es importante que (los detenidos) sean tratados de manera adecuada".

"Es una misión humanitaria, no son una amenaza para nadie", ha incidido el irlandés, quien ha advertido de que esta situación "subraya el absoluto imperativo de llevar ayuda humanitaria hasta Gaza tan rápido como sea posible bajo el auspicio de Naciones Unidas y de la Media Luna Roja".

Martin ha afirmado, además, que si las detenciones han tenido lugar en aguas internacionales se trataría de una vulneración del Derecho internacional y ha recalcado que es "muy importante" que los integrantes de la flotilla sean tratados "de manera apropiada y adecuada" porque "no son una amenaza para nadie".

En un comunicado, el ministerio de Exteriores irlandés ha indicado que de acuerdo a las informaciones de que dispone los tripulantes de la flotilla serán trasladados a un puerto israelí para su procesamiento y la embajada irlandesa se pondrá en contacto con las autoridades locales para proporcionar asistencia consular a sus nacionales.

Además, el jefe de la diplomacia irlandesa, Simon Harris, prevé hablar con el embajador de Irlanda en Israel y mantener una serie de consultas con altos funcionarios para analizar la situación.

El primer ministro de Noruega, Jonas Gahr Store, ha insistido también en que Israel "debe respetar" el Derecho internacional y opinado que lo ocurrido ilustra la urgencia por hacer llegar la ayuda a Gaza. Con todo, el noruego ha añadido que considera que el mejor modo de que esa ayuda llegue es a través de los canales humanitarios y "dejar a Naciones Unidas y a las organizaciones distribuir la ayuda".

Por su parte, el primer ministro de Polonia, Donald Tusk, a su vez, ha señalado que el parlamentario polaco a bordo de la flotilla recibirá la asistencia consular necesaria porque el Estado atiende a "todos los ciudadanos polacos en situaciones difíciles y críticas", independientemente de su cargo o de la razón por la que haya sido detenido. "No me corresponde juzgarlo", ha dicho Tusk sobre la participación en la flotilla.

En tanto, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha defendido que el Ejecutivo ha estado "desde el primer minuto" con la Global Sumud Flotilla que llevaba ayuda humanitaria para Gaza y que ha sido interceptada por el Ejército israelí en las últimas horas, refutando así que se haya dejado abandonados a los integrantes españoles de la misma.

Hasta el momento, ninguno de los representantes de las instituciones comunitarias se han pronunciado sobre la operación del Ejército israelí para detener la flotilla humanitaria. Preguntados en rueda de prensa a última hora del miércoles por lo ocurrido, ni el presidente del Consejo Europeo, António Costa, ni la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, quisieron hacer declaraciones con el argumento de que no tenían información porque habían estado reunidos.