El Parlamento de Francia aprobó hoy una ley que prohíbe a padres golpear y maltratar psicológicamente a sus hijos.
El texto, que convierte a Francia en el país número 56 que se dota de una ley de ese tipo, finalizó su tramitación en el Senado, donde recibió el voto unánime de los parlamentarios presentes en esa cámara.
En virtud de esta disposición, el encargado de casar a una pareja les señalará que “la autoridad parental se ejerce sin violencia física o psicológica”. Además, esa misma frase aparecerá en la primera página del carné sanitario de los menores.
Según los autores de la proposición legislativa, un 87% de los niños son objeto de “prácticas punitivas y coercitivas” que utilizan sus padres con un argumento “educativo”.
Por eso la nueva ley pretende constituir “una base legal necesaria para poner en marcha campañas de información, la formación de los profesionales” y dar indicaciones sobre comportamientos en las consultas de los médicos.
Según la Fundación para la Infancia, el 85% de los padres franceses recurren a castigos corporales con fines “educativos”.
Los partidarios de la ley argumentan, basándose en estudios, que estas prácticas, entre las cuales figuran las cachetadas o nalgadas, tienen consecuencias en la salud física y mental de los niños.
El proyecto de ley cuenta además con el apoyo de varias organizaciones a favor de la infancia y de defensores de los derechos que piden un “mensaje político fuerte” para cambiar las mentalidades.
“No se debe educar a través del miedo”, declaró la ministra de Salud, Agnès Buzyn, quien estimó que los castigos corporales tienen “consecuencias desastrosas en el desarrollo de los niños”.
El proyecto de ley no prevé ninguna sanción penal contra los padres que castiguen a sus hijos, puesto que ya están previstas por la ley.
Esta ley pondría a Francia en consonancia con los tratados internacionales.