Corea del Sur propuso este martes mantener conversaciones de alto nivel con Corea del Norte el 9 de enero, tras la mano tendida por Kim Jong-un, quien instó a una mejoría de las relaciones y sugirió que podría participar en los Juegos Olímpicos de Pyeongchang.
El dirigente norcoreano utilizó su discurso de Año Nuevo a la nación para reiterar que su país era un Estado nuclear de pleno derecho, advirtiendo que tenía siempre a mano el “botón nuclear”.
Pero paralelamente hizo un gesto de apertura en dirección al Sur al mencionar que su país podría participar en los Juegos Olímpicos de invierno que se celebrarán en febrero en Corea del Sur.
El ministro surcoreano de Unificación, Cho Myoung-Gyon, explicó en una rueda de prensa que Seúl “reiteraba su voluntad de organizar conversaciones con el Norte en cualquier momento, en cualquier lugar y bajo cualquier forma”.
“Esperamos que el Sur y el Norte puedan sentarse frente a frente para abordar la participación de Corea del Norte en los Juegos de Pyeongchang, así como otros temas de interés mutuo para mejorar las relaciones intercoreanas”, agregó.
Desde el final de la Guerra de Corea (1950-53), los dos Estados rivales están separados por una Zona desmilitarizada (DMZ), una de las fronteras más fuertemente armadas del mundo. Las últimas conversaciones bilaterales se remontan a 2015.
El presidente surcoreano Moon Jae-In, partidario del diálogo, acogió con satisfacción las declaraciones de su homólogo norcoreano como una oportunidad para reactivar las conversaciones.
Subrayó, sin embargo, que la mejoría de las relaciones bilaterales debía ir acompañada de medidas con vistas a una desnuclearización.
“Propongan por favor rápidamente medidas para retomar las relaciones intercoreanas y concretar la participación de la delegación norcoreana”, dijo a su consejo de ministros.
Hace unos meses el presidente surcoreano había propuesto dialogar a través de la Cruz Roja y el Ejército pero Pyongyang hizo oídos sordos.
‘Oportunidad revolucionaria’
La actitud de Corea del Norte preocupa a la comunidad internacional por sus lanzamientos de misiles y sus pruebas nucleares. La sexta y última fue llevada a cabo en septiembre, la más potente hasta ahora.
Pyongyang asegura que necesita armas nucleares para protegerse de la hostilidad de Estados Unidos, en un contexto de insultos y amenazas mutuas entre Kim y el presidente norteamericano Donald Trump.
Corea del Norte quiere poner a punto una ojiva nuclear capaz de alcanzar el territorio continental estadounidense. Por ello ha recibido numerosas sanciones de la ONU pero que hasta ahora no han frenado sus ambiciones.
Las declaraciones de Kim son el primer indicio de su voluntad de participar en los Juegos Olímpicos de invierno, que se celebrarán del 9 al 25 de febrero.
Según el presidente surcoreano es “una respuesta positiva a nuestra propuesta para que los Juegos Olímpicos de Pyeongchang sean una oportunidad revolucionaria para la paz”.
Las principales pruebas de la competición deportiva se celebrarán a sólo 80 kilómetros de la zona fronteriza entre las dos Coreas. Pero en los últimos meses, las crecientes tensiones en la península coreana han empañado la cita olímpica.
En su discurso del lunes, el líder norcoreano aseguró que los Juegos podrían ser una oportunidad para los representantes de ambos países de “reunirse en un futuro próximo”.
Tanto al gobierno surcoreano como a los organizadores les gustaría que el Norte participara en lo que presentan como las “Olimpiadas de la Paz”.
Dos deportistas norcoreanos —la pareja de patinadores Ryom Tae-Ok y Kim Ju-Sik— se clasificaron para Pyeongchang pero el Comité Olímpico norcoreano no confirmó en los plazos su participación ante la Unión Internacional de Patinaje sobre Hielo.
Sin embargo podrían competir con una invitación del Comité Olímpico Internacional.