En medio de la agitación, cientos de policías antimotines y de prevención se negaron la noche del lunes a hacer cumplir un toque de queda nocturno, vigente desde el viernes, y a reprimir a manifestantes.
Sigue la tensión en Honduras mientras se espera conocer veredicto electoral
Con un estado de sitio vigente, creciente tensión por denuncias de fraude y con grupos policiales que se niegan a obedecer a sus superiores y reprimir a manifestantes, Honduras continuaba el lunes en la incertidumbre sobre quien será su presidente en los próximos años al no haberse declarado un ganador oficial de los comicios.
El presidente Juan Orlando Hernández, del derechista Partido Nacional (PN), tenía una leve ventaja sobre Salvador Nasralla, de la izquierdista Alianza de Oposición Contra la Dictadura, según el escrutinio dado a conocer este lunes por el Tribunal Supremo Electoral, que sin embargo no hizo una declaración oficial designando a un ganador.
En medio de la agitación e incertidumbre, cientos de policías antimotines y de prevención se negaron la noche del lunes a hacer cumplir un toque de queda nocturno, vigente desde el viernes, y a reprimir a manifestantes.
“La verdad es que no queremos seguir peleando con el pueblo”, dijo a la Agence France-Presse un oficial que cubría su rostro con un pasamontañas frente a la sede del grupo especial antimotines “Cobra”, en el norte de la capital.
“Lo que exigimos es que haya paz, que se resuelva ya este problema y que no haya más muerte, más sangre”, exigió el oficial en alusión al conflicto por las elecciones.
Cientos de vecinos llegaron hasta la base de ese grupo policial para aplaudirles y celebrar su decisión, algunos portando pancartas con leyendas como: “Amo a la policía”.
Otros ciudadanos salieron a las calles de sus barrios, desafiando el toque de queda, para levantar barricadas y golpear cacerolas denunciando que las elecciones del domingo 26 fueron fraudulentas para asegurar la reelección del presidente Hernández.
OEA pide diálogo
Entre tanto, la misión de observación de la Organización de Estados Americanos (OEA), urgió a un acuerdo entre Hernández y Nasralla para verificar las posibles irregularidades en el conteo de votos y darle credibilidad al proceso electoral.
“El único camino posible para que el pueblo hondureño pueda aceptar y (…) reconocer ganador en este proceso electoral, es que se llegue a un acuerdo entre los principales candidatos”, dijo a la prensa el jefe de la misión de observadores de la OEA, el expresidente boliviano Jorge Quiroga.
Nasralla, un presentador de televisión, dijo a la AFP que no puede “aceptar nunca” los resultados que divulgó el TSE, pues a su juicio “no son oficiales ni definitivos”, y reclamó revisar 5.173 actas en las cuales asegura que hubo “fraude”.
Con 99,98% de las actas escrutadas, Hernández aparece al frente con el 42,98% de los votos mientras que Nasralla obtenía el 41,39%.
Pese a que el TSE anunció que había finalizado el conteo de votos, el presidente del organismo, David Matamoros, dijo que la proclamación del próximo presidente puede llevar unos 22 días mientras se resuelven posibles impugnaciones de los comicios.
“Nuestro compromiso sigue abierto de revisar esas actas” con irregularidades, aseguró Matamoros.
“Por arte de magia”
La alianza opositora acusa al gobierno de cometer un fraude electoral en contubernio con el TSE para asegurar la reelección de Hernández.
Según Nasralla, 5.174 actas fueron alteradas durante el proceso de conteo y transmisión de datos al centro de cómputos del TSE.
El líder de la alianza opositora, el expresidente Manuel Zelaya, dijo a la AFP que las actas alteradas habrían sido ingresadas al sistema de cómputo después de una serie de interrupciones del sistema el pasado miércoles, una de las cuales se extendió por cinco horas.
El expresidente del TSE, Augusto Aguilar, dijo a UneTV que en más de 90 observaciones electorales que ha realizado en toda América Latina, nunca vio que se revirtiera una tendencia de cinco puntos con más de 50% de las actas escrutadas, tal como sucedió en estos comicios en Honduras.
Aguilar consideró que 5.000 actas entraron en forma “irregular” durante las interrupciones del sistema informático de cómputos y que “por arte de magia dieron la victoria al candidato del gobierno”.