La votación de la cámara baja de declarar en desacato del Congreso a Steve Bannon, aliado y asesor del expresidente Donald Trump, pasará ahora al Departamento de Justicia, cuyos fiscales deben decidir si presentan el caso a un jurado de instrucción para que determine posibles cargos penales.
Aún no está claro si lo harán: el secretario de Justicia, Merrick Garland, se limitó a decir en una audiencia ante la cámara que tomarán “una decisión congruente con los principios de enjuiciamiento”.
Bannon desacató una orden de comparecencia ante la comisión legislativa que investiga el violento asalto al Congreso el 6 de enero.
El presidente de la comisión, el demócrata Bennie Thompson, encabezó el debate en el recinto junto con la republicana Liz Cheney, pero la votación el jueves fue de 229 a favor y 202 en contra: todos menos nueve de los legisladores republicanos votaron por el “no”.
La división partidista en torno a la comparecencia de Bannon —y la investigación de la comisión en general— refleja las intensas tensiones que reinan en el Congreso nueve meses después del asalto al Capitolio.
Los demócratas han jurado investigar a fondo el asalto en el que cientos de partidarios de Trump se abrieron paso a través de las barreras policiales, hirieron a cientos de agentes e interrumpieron el recuento electoral que certificaba la victoria del demócrata Joe Biden en noviembre. Los legisladores del panel dicen que tomarán medidas inmediatas y enérgicas para sancionar a quienes se nieguen a cooperar con la investigación.
“No permitiremos que nadie descarrile nuestro trabajo porque nuestro trabajo es demasiado importante”, dijo Thompson antes de la votación.
Los republicanos alegan que es una “cacería de brujas” y una pérdida de tiempo y que el Congreso debería abocarse a asuntos más importantes.
El representante Jim Banks, que encabezó la oposición republicana en el debate, dijo que la pesquisa era “una investigación criminal ilícita a ciudadanos estadounidenses” y dijo que Bannon es “el coco del partido demócrata”.