Por primera vez en más de tres décadas, el peronismo elegirá a su candidato a presidente en elecciones primarias. El ministro de Interior, Eduardo Wado de Pedro, es el hombre elegido por Cristina Fernández de Kirchner para postularse a la Jefatura de Estado en las generales de octubre próximo. Pero antes deberá derrotar en elecciones primarias, previstas para agosto, al exgobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, aupado por Alberto Fernández. El presidente argentino ha logrado así uno de sus mayores deseos: dejar en manos del electorado peronista la decisión del candidato para la sucesión.
De Pedro hizo oficial su candidatura. “Amo profundamente a mi país. Es necesario volver a representar y defender al país federal. Recuperemos la esperanza y el orgullo de ser argentinos”, tuiteó el ministro de Interior junto a un vídeo de campaña.
En las papeletas de las primarias del próximo 13 de agosto estará acompañado por el gobernador de la provincia de Tucumán, Juan Manzur, como postulante a la vicepresidencia. De Pedro, de 46 años, es hijo de víctimas de la dictadura argentina y comenzó su militancia en los organismos de derechos humanos antes de dar el salto a la política. Manzur, por el contrario, tiene un perfil conservador, especialmente recordado por su oposición a la legalización del aborto, y encarna el poder territorial de los gobernadores peronistas, muy poderosos en el conocido como Norte Grande.
Kirchner presionó al entorno de Scioli para que renunciase a su precandidatura. También intentó convencerlo el ministro de Economía, Sergio Massa, otro de los grandes referentes de este movimiento político. Fracasaron ambos. La semana pasada, cuando se cerró el plazo para presentar las alianzas electorales, el excampeón de lancha motora ratificó su voluntad de mantenerse en la carrera.
En la recta final de su mandato, la imagen de Fernández está por los suelos, con un rechazo cercano al 70% según las encuestas, y su cuota de poder es mínima. Sin embargo, la decisión de Scioli le ha ofrecido una victoria inesperada frente a su vicepresidenta, con la que no se habla.
El desafío del exgobernador de Buenos Aires es también una muestra de la creciente debilidad de Kirchner, que hizo y deshizo a su antojo las candidaturas presidenciales peronistas de la última década. En 2011, Cristina Fernández de Kirchner optó a un segundo mandato, que obtuvo con el 54% de los votos. En 2015, designó al exgobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, que fue derrotado por Mauricio Macri; cuatro años después, impuso a Alberto Fernández en una fórmula que la tenía como vicepresidente y con la que regresaron al poder.
Tras ser condenada a seis años de cárcel por corrupción, Kirchner anunció que no se presentaría como candidata presidencial. Los llamamientos de las bases no lograron hacerla cambiar de opinión. La fórmula anunciada este jueves entierra también las aspiraciones presidenciales de Massa para 2023. Durante las negociaciones, el ministro de Economía advirtió que no competiría si tenía que enfrentarse a unas elecciones primarias y ha mantenido su palabra. Aún así, desde el Palacio de Hacienda jugará un rol clave en la campaña electoral: el rumbo de la economía será un factor decisivo en el resultado final del peronismo en las urnas.
Los dos candidatos del peronismo comparten historias de resiliencia. De Pedro tenía un año y medio cuando su madre lo metió en una bañera y se puso como escudo de las balas militares que terminaron por matarla en la casa donde vivían. Sobrevivió, pero fue entregado a un matrimonio de represores y pasó tres meses con ellos hasta que su familia logró recuperarlo. Al pasado traumático se le suma su lucha contra la tartamudez, que durante años le hizo mantener un perfil bajo que de a poco fue cambiando. Scioli perdió un brazo en un dramático accidente de lancha tras haber sido campeón mundial de ese deporte. El episodio no le hundió sino que lo ha presentado siempre como una muestra de su capacidad para superar las adversidades.
Según las encuestas, De Pedro parte como favorito frente a Scioli. Pero ambos cargan con el peso de la turbulenta gestión política y económica de este gobierno, marcada por las peleas internas y por una inflación del 114%. A día de hoy, los sondeos señalan que incluso la suma de ambas candidaturas quedaría por detrás de la de la coalición opositora Juntos por el Cambio y también de Javier Milei, postulante por el partido de ultraderecha La Libertad Avanza.
La feroz interna que libran desde hace meses el alcalde de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, y la exministra de Seguridad Patricia Bullrich, por encabezar la papeleta presidencial de Juntos por el Cambio ha provocado un importante desgaste a la coalición opositora de centro-derecha, que meses atrás se veía como ganadora indiscutida y hoy está casi empatada con el kirchnerismo y Milei. La pelea en el peronismo recién se oficializa ahora.