La Congregación de los Padres de Schoenstatt reveló las medidas impuestas al obispo emérito de La Serena, Francisco José Cox Huneeus, en Alemania, para prevenir que el sacerdote tenga contacto con menores, en el marco de la investigación que lleva adelante el Vaticano por denuncia de abuso sexual.
Cox, de 83 años, se encuentra desde hace 16 años en la casa central del movimiento en la ciudad de Vallendar, a una hora de Frankfurt, cumpliendo -se supone- "una vida de silencio, oración y penitencia".
"Se le quitó el teléfono celular, también el de su pieza. Todas las llamadas pasan a través de otra persona, que verifica quién es", afirmó el martes el viceprovincial del movimiento, el presbítero Patricio Moore, al diario El Mercurio.
Cox "tampoco puede salir de la residencia. Esta es una casa que está en el campo, arriba de un monte y solo puede dar una vuelta por el lugar, pero no salir. Tiene una circulación restringida. Esto no es una cárcel, pero él además tiene dificultades para moverse, porque necesita de un 'burrito'", dijo el sacerdote.
El ex arzobispo de La Serena enfrenta una investigación canónica por una denuncia en Alemania, la cual fue confirmada por la congregación de los Padres de Schoenstatt, donde aseguraron que la indagatoria fue enviada a la Congregación para la Doctrina de la Fe.
La denuncia que se indaga proviene de un hombre de origen boliviano, por un presunto acto ocurrido en Vallendar cuando tenía 17 años en 2004.