El capitán Rafael Harvey, quien denunció irregularidades y corrupción al interior del Ejército, se refirió al caso de escuchas telefónicas que afectó a cuatro miembros de la institución, incluido él.
En 2015, al interior del Regimiento de Artillería N° 1 Tacna en San Bernardo, a Harvey se le acusó de inducir a desertar a 13 soldados,tras denunciar cobros indebidos, malos tratos y amenazas por parte de superiores.
Posteriormente apuntó a una red de protección a la corrupción de militares que habrían ascendido al interior del Ejército.
Tras realizar las denuncias fue condenado por el delito de sedición, sin embargo, la Corte Marcial lo absolvió en junio de este año. El tribunal castrense recovó la sentencia apelada luego de establecer que no existen antecedentes que lo condenen por instigación a la sedición o motín.
En relación a las escuchas telefónicas, Harvey dijo a CNN Chile que las fechas de las escuchas telefónicas, “coincidían con que estábamos planificando nuestras defensas”.
Sobre cuál sería el objetivo de la operación, señaló que fue un movimiento para adelantarse a algunas maniobras que estaban realizando para demostrar su inocencia de los cargos imputados.
Para lograr obtener el permiso para las escuchas telefónicas, el Ejército argumentó que los uniformados podrían estar entregando información que afectaría a la institución y a la seguridad nacional, o en el peor caso, militar.
Por este punto manifestó que si hubiesen realizado alguno de los delitos mencionados, ya estarían en la cárcel. Agregó que no desconfía en la responsabilidad del ministro de la Corte de Apelaciones que autorizó las escuchas y dijo que “pueden haber sido engañados en la invocación de la causal”.
Harvey manifestó que no se siente protegido por el comandante en Jefe del Ejército, ya que, según añadió, “él fue el que presidió la junta que me llamó a retiro. El que me ha protegido es el ministro Espina”.