El suministro de bombas lacrimógenas ya no sería suficiente para lo que queda de 2019 en el marco de la crisis política y social, por lo cual debieron realizar una compra express de nuevos cartuchos en Brasil a fines de noviembre.
De esta manera, este domingo, la Dirección de Logística de la policía uniformada comunicó a todas sus prefecturas, a través de un oficio, de la adquisición que hicieron a la empresa Condor S.A.
De acuerdo a La Tercera, la compra comprendió cartuchos CS GL-202, proyectil único; y CS GL – 203-T, proyectil triple; los que -respectivamente- tienen 95 milímetros de ancho y 60 milímetros de largo, los que cuentan con un alcance de entre 130 y 165 metros.
Los otros proyectiles tienen 28 milímetros de ancho y 3 milímetros aunque, a diferencia de los anteriores, tienen 16 metros “de dispersión aproximada de las cápsulas”.
En el documento, Carabineros también precisó que el uso de estos artefactos debe ceñirse “conforme a instrucciones cuando su utilización tienda en forma efectiva a la consecución del objetivo deseado, que no es otro que disolver manifestaciones que no sean pacíficas y a la gradualidad como protocolo sobre el uso de la fuerza”.
De acuerdo a su perfil de LinkedIn, Condor S.A. tiene su sede en Río de Janeiro y se enfoca en la producción de equipos de alta tecnología, municiones no letales y pirotécnicas “para uso de señalización y salvamento”.
En tanto, y en base a cifras entregadas por la Dirección Nacional de Orden y Seguridad al Ministerio del Interior, Carabineros usó -al 24 de noviembre- 161.489 cartuchos de escopeta, 98.223 bombas lacrimógenas de calibre 37 y 18.032 granadas de mano en 6.100 eventos violentos.
En el mismo escrito, la institución recalcó que la utilización de las tradicionales bombas lacrimógenas de calibre 37 debe ocurrir “en el control de muchedumbres”, las que deben ser disparadas “siempre en forma angular, de parábola o indirecto, considerando que el cartucho lacrimógeno CS necesita espacio y tiempo para expulsar la cápsula”.
Sumado a ello, especificaron que no se deben efectuar disparos “haciendo rebotar el proyectil para proyectarlo hacia la multitud, debido a que la dirección y velocidad será distinta a la deseada por el tirador”.