La contingencia del país se ha visto fuertemente alterada por algunos elementos de índole moral que se han tomado el debate. Aborto, pena de muerte y la eutanasia están en boca de todos.
Esto último por la situación de Paula Díaz Ahumada, una joven de 19 años que pide poder morir. Ella siente una serie de dolores que no la dejan vivir, no soporta la luz, su cuerpo es una masa rígida, le duele la garganta y cada cierto tiempo vomita y tiene las piernas dislocadas, porque se le doblaron hacia atrás.
No pueda estar en ninguna posición sin sentir dolor. Es así desde hace cuatro años.
La joven grabó un video en el que le pide a la Presidenta Michelle Bachelet poder someterse a una eutanasia para descansar, por fin. Mientras, en Chile, la eutanasia no es legal.
Ayuda de la Presidenta
"No tengo descanso, es algo tan terrible que no pueda descansar. Ni de día ni de noche (…) Ya no soporto mi cuerpo, no soporto no poder apoyarlo. Mi cuerpo está desgarrado. Ninguna parte puedo apoyar sin que me duela o no se rompa. Cómo no pueden entender que ya no puedo más", dice la joven, en una secuencia difundida a través de redes sociales.
"Le suplico que me de descanso (…) Esto es una tortura y no podemos soportar más maltrato. Si ella tiene el poder, ¿por qué no me da el descanso que le suplico?", agrega.
Un antecedente a esta solicitud se presentó en febrero de 2015, cuando Valentina Maureira, quien a sus 14 años convivía con una fibrosis quística, grabó un video para pedir autorización a la presidenta Bachelet para aplicarse una inyección letal.
“Solicito hablar urgente con la presidenta, porque estoy cansada de vivir con esta enfermedad. Ella puede autorizarme una inyección para quedarme dormida para siempre“, decía la niña en el vídeo.
Tras ser visitada por la mandataria a los pocos días, la menor decidió acceder al único tratamiento disponible para estos casos: el trasplante de órganos. Sin embargo, la joven falleció a los pocos meses, en mayo del mismo año, a causa de su enfermedad.
Debate abierto
Uno de los que ha estado dispuesto a debatir la implementación de la eutanasia es el diputado del Partido Liberal, Vlado Mirosevic, quien en más de una oportunidad ha convocado a los parlamentarios para discutir el proyecto de ley que duerme en el Congreso.
"Hago un llamado a todas las fuerzas políticas que creen en la libertad individual a respetar la voluntad de los pacientes que están haciendo un llamado dramático a despenalizar la eutanasia. Ellos están pidiendo que bajo ciertas circunstancias médicas, en donde están padeciendo mucho dolor y en donde el desenlace va a ser fatal, tener una muerte digna", afirmó el parlamentario.
El diputado Mirosevic detalló los dos mecanismos a través de los cuales se podría llevar a cabo la muerte asistida en los pacientes y que estaban contemplados en el proyecto inicial.
"El primero se llama instrucciones previas, que es un registro donde yo puedo dejar por escrito que bajo ciertas condiciones médicas me hagan tratamiento o me practiquen una eutanasia, eso se debe dejar previamente registrado y los médicos y la familia deben respetar esa decisión. Y el otro es que, no habiendo instrucciones previas, el paciente pueda expresar en alguna circunstancia de enfermedad terminal su voluntad y que esto sea estudiado por un equipo médico que tome la decisión de respetar esa voluntad".
El parlamentario indicó que no detecta "ninguna razón por la cual nosotros como sociedad podamos negarle esa posibilidad a alguien, independiente de la posición del próximo Gobierno, porque si hay un acuerdo parlamentario se puede aprobar igual, independiente de que el ministro de salud esté de acuerdo o no", concluyó.
La presidenta del Departamento de Ética del Colegio Médico, Gladys Bórquez, comentó las implicancias de discutir sobre una posible ley de eutanasia en nuestro país.
“Hay un derecho relacionado con la elección sobre la vida individual, como también hay un derecho al acceso de los cuidados paliativos en nuestros últimos años de vida. Estos dos elementos no deben ser olvidados pues resultan ser sumamente relevantes en cualquier determinación posterior”, explica Bórquez.
“Lo que veo es que a nosotros como chilenos nos falta preguntarnos sobre algunos elementos centrales a nuestras vidas, como las enfermedades, como el dolor que estas producen y todos aquellos hechos relacionados. No olvidemos que hay muchas enfermedades crónicas que producen enormes dolores. Se ha olvidado, en algunos casos, la voz de los pacientes”, asegura.
“En algunos casos se llega a pensar que se retrasa la edad de muerte con los progresos de la tecnología, y tanto los pacientes como los médicos se han visto fuertemente influenciados por este tipo de racionamientos. Algo que ha permeado la visión de la muerte de nuestros tiempos”, aseveró.