El dictamen del tribunal internacional constituye un verdadero manjar luego del incidente de Arturo Vidal y la ausencia de Jaime Valdés. Por Guillermo Arellano
Gracias TAS por favor concedido: Vidal y “Pajarito” Valdés pasaron a segundo plano
No pudo haber llegado en un mejor momento el fallo del Tribunal Arbitral del Deporte (TAS), respecto a la negativa a la petición de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF), que exigía la devolución de los puntos pedidos ante Chile y Perú por las Clasificatorias para el Mundial de Rusia 2018 y que mantiene a nuestro país en el cuarto lugar y a Argentina quinta.
A la espera de los trascendentales partidos ante Paraguay en Macul (jueves 31) y Bolivia en La Paz (martes 5 de septiembre), el positivo dictamen del tribunal internacional constituye un verdadero manjar luego del incidente que tuvo como protagonista a los cercanos de Arturo Vidal en el casino Monticello y, además, invisibilizó la ausencia de Jaime Valdés de la nómina convocada por el entrenador nacional Juan Antonio Pizzi.
Más allá de la investigación que debería aclarar si el “Rey Arturo” estuvo o no en el bullicioso carrete que propició el llamado a Carabineros, el tema es que nuevamente el nombre de Vidal aparecía en la crónica roja y traía de vuelta los fantasmas de la Copa América 2015, cuando el volante se accidentó en un auto deportivo bajo la influencia del alcohol y de milagro salvó ileso.
En tal sentido, la declaración de la policía uniformada tranquilizó a la opinión pública futbolera y puso en el blanco de las críticas a la prensa, que sin tener certezas sobre la presencia del centrocampista del Bayer Munich en el hotel lo sindicó como el protagonista de los hechos, por cierto, basado en testimonios de terceros.
Es cierto, no hubo detenidos ni sucesos que lamentar. Sin embargo, situaciones extra programáticas como esta sacan de la concentración al jugador, al plantel y al cuerpo técnico y dividen a los mismos hinchas en torno a lo que debe ser la conducta de un deportista de elite, tanto en Alemania como en Santiago.
Bien Pizzi
Por su parte, lo de Valdés es puramente futbolístico, porque tanto la fanaticada de Colo-Colo como el presidente de Blanco y Negro, Aníbal Mosa, querían ver al atacante con la camiseta de titular ante los guaraníes luego de su gran desempeño en la goleada por 4 a 1 ante Universidad de Chile.
Pero no. Pizzi volvió a confiar en Esteban Paredes, que anotó tres conquistas ante los azules, y en Jorge Valdivia, que siempre puede desequilibrar aun estando pocos minutos en cancha, pero que será duda hasta último minuto por sus eternos problemas físicos.
¿Hizo bien el DT trasandino en no llamar a Valdés? Claramente sí, porque esto no se trata de un mero capricho de “Macanudo”, como sí podría serlo la inclusión de Felipe Gutiérrez, de escaso aporte.
El mediocampista formado en Palestino apenas jugó 20 minutos en un partido ante Uruguay (Clasificatorias Corea-Japón 2002) y un tiempo y cuarto en un amistoso ante Costa de Marfil, en 2006, lo que habla que nunca tuvo la confianza de Nelson Acosta incluso siendo una destacada figura en el Calcio italiano.
Un estratega de verdad, como lo es Marcelo Bielsa, lo anotó en la preselección de 30 elementos para el Mundial de 2010, pero finalmente lo marginó luego de verlo en acción en un lance ante México a dos semanas de la cita sudafricana y donde apenas duró 45 minutos.
Ni siquiera Jorge Sampaoli le dio un lugar. Solo estuvo en la banca en el 2-0 de Chile sobre Brasil el 8 de octubre de 2015, cuando Sánchez y Vargas hicieron estallar el Estadio Nacional.
Para la anécdota está que “Pajarito”, en plena concentración de la Sub-20 que calificó para el Mundial de Argentina 2001, visitó un sauna de calle MacIver junto a Rodrigo Millar y Joel Soto y fueron sorprendidos a las 4:30 de la madrugada por Carabineros, lo que fue informado en calidad de escándalo.
Por suerte el jugador relajó el ambiente con sus declaraciones: “vimos unas luces rojas y pensamos que pasaba algo malo. Por eso entramos”.
“Siempre me pregunté por qué no jugué en la Selección. Y la verdad es que no sé qué hice mal en mi carrera para no tener más chances. Todos han tenido una oportunidad real, menos yo”, declaró Valdés en 2013 a La Tercera.
Una razón podría ser la suerte, dado que las lesiones le afectaron en su momento. Otra quizás puede ser que cuando el estándar de calidad se elevó tras pasar de los “jamonazos” de la era Acosta a la revolución bielsista, el volante no estaba en el mejor momento de su carrera y nunca pudo enlazarse.
¿No será que “Pajarito”, al igual que David Pizarro, es jugador de club y no de selección? Para jugar por “La Roja” no basta con ser bueno para la pelota. Hay que tener carácter y personalidad y transmitir el amor por la camiseta por sobre la identidad que tenga por un equipo.
Todos saben que Bravo y Vidal son colocolinos, que Medel es cruzado y que Sánchez es hincha de la “U”, pero es tanta su devoción por la selección que la gente transversalmente los quiere y respeta como a ningún otro. Lo mismo pueden decir Elías Figueroa, Carlos Caszely, Jorge Aravena, Marcelo Salas y la generación del ’62.
Valdés debe darle gracias a Dios porque está terminando su carrera en el club de sus amores, con buena salud y con la posibilidad de ser campeón. Lo demás, gracias al TAS y los puntos que quedan por ganar por la selección, abre el capítulo de oro para la generación dorada: Rusia 2018.