Uno de los problemas de nuestra democracia es la falta de confianza de la ciudadanía en el funcionamiento de las instituciones y lo que ha ocurrido en este mes de febrero solo agudiza esa desconfianza ciudadana hacia las élites.
Un Ministro de Relaciones de Exteriores que termina renunciando antes del 11 de marzo porque en noviembre pasado había accedido a un nuevo cargo que debía empezar a servirlo desde estos días.
Revelador que a la derecha no le importa la suerte del país -que vive una fuerte crisis migratoria- sino su propio destino individual, de la cual se benefició personalmente Andrés Allamand, quién usó su cargo de Canciller para obtener su
próximo puesto laboral, lo cual es éticamente reprobable. O sea Allamand postuló al cargo a Allamand...
La ausencia de la Cancillería para encontrar soluciones a la crisis migratoria, con altos flujos de migrantes ilegales entrando al país, pasó de castaño a oscuro cuando esta semana muere un joven transportista producto de la acción delictual de migrantes ilegales, lo que reavivó las movilizaciones sociales en Arica, Iquique y Antofagasta y se genero un paro nacional de dueños de camiones en las carreteras 5 y ruta 68 impidiendo el normal flujo de familias en esas carreteras y en los aeropuertos del país.
Un país donde un grupo de dueños de camiones deja inmovilizados el funcionamiento de las rutas aéreas y terrestres es un país con una conectividad extremadamente debilitada; además, con una actitud pasiva de la autoridad que mira y no hace nada contra los gremios que paralizan el flujo del transporte público y privado.
Contrasta esta pasividad de la autoridad encargada del orden público, sin hacer nada ante los bloqueos en las carreteras 68 y 5 sur en período de vacaciones familiares con su comportamiento en otros momentos críticos en que presenta
querellas por ley de seguridad interior del Estado por doquier.
De nuevo es una ciudadanía abandonada ante el poder fáctico de los dueños de camiones que se despliegan en las distintas carreteras del país que con un piquete de 20 camiones terminan paralizando al país.
Esa extrema vulnerabilidad del país es una cuestión que como país no podemos seguir aceptando pasivamente como ha ocurrido en la última década.
Junto con tomar medidas para tener una migración ordenada, con pasos fronterizos reforzados que regulen el ingreso al país, con un proceso de revisión de la migración ilegal se requiere una actualización de la política de conectividad
de carga y pasajeros que resuelva la extrema vulnerabilidad actual que potencie otros medios de transporte como el tren, por ejemplo.
Por décadas al sector transporte de carga se la eximido de pagar el impuesto específico al diésel -que es el más contaminante-, lo que ha generado el efecto perverso de que el parque automotriz a diésel ha crecido fuertemente y ya es hora que los usuarios de vehículos a diésel paguen el impuesto especifico que pagan los otros combustibles.
Pero lo que más impresiona a los chilenos y chilenas, que es inédito desde la vuelta a la democracia, como lo describe el ex ministro de tres Gobiernos Sergio Bitar, es que 19 de 23 ministros estén de vacaciones, incluído Piñera. "Cuando tuvimos que entregar a otra administración el Gobierno, nadie se fue de vacaciones. Le dejábamos el camino pavimentado al otro ministro o ministra. Y vacaciones, todos tendrán a partir del 11 de marzo al mediodía". O sea en poco más de 20 días.
Es como si se hubiesen coordinado y organizado para dejar todo "botado y a los subrogantes" como dijo el presidente de los camioneros.
El caso del reemplazo de Allamand es una muestra del abandono y el desinterés por lo que ocurra en el país. El día anterior de su renuncia, hubo tres decretos o circulares en menos de 24 horas con tres diferentes reemplazantes en el cargo de canciller, incluyendo a la ministra de Agricultura. Una burla a la inteligencia.
Es como el aviso que se publicó muchisímas veces en las redes sociales en estos días y que adorna esta columna: El Gobierno determinó cerrar La Moneda y cerrarla por vacaciones...