Oh I'm just counting

Editorial de Cambio21: Presupuesto 2020: ¿reactivador?

En la cadena nacional presentando el presupuesto 2020 el Presidente Piñera señaló que era “un presupuesto reactivador”. Reconoció eso sí que este año la economía estaba desacelerada, que crecería en torno al 2,5%, que pronostica el Banco Central, cifra lejana del 4% que el mismo pronosticaba en el verano pasado.

El debate político sobre el presupuesto fiscal es como se van a asignar los más de US$ 70.000 millones que forman el presupuesto 2020 y cuyo gasto equivale al 23% del PIB. La economía hoy está estancada -la proyección es 2,3% para este 2019 y la proyección de crecimiento para 2020 es inferior a 3%- y la cuestión es sí un incremento del presupuesto fiscal de sólo 3% se puede considerar “reactivador” como lo plantea el Gobierno.

Además, para que sea reactivador ese mayor gasto debe orientarse a la inversión pública y no al mayor gasto corriente; este 2019 el gasto corriente crece 3,9% y el gasto de capital -el que tiene efecto reactivador sólo crece 0,3%, con caídas en ministerios inversores como Vivienda y el MOP que tienen retrocesos en su ejecución de -2,1% y -5,4% respectivamente en doce meses). O sea, existe la plausible duda  que no es reactivador un presupuesto que no tiene alza efectiva de la inversión pública.
 
No se conoce aún si el incremento de la inversión pública es contable (con mucho pago devengado de obras ya ejecutadas) o es efectivo, sustentado en un cronograma de nuevos proyectos de inversión que ya tienen las autorizaciones para poder implementarse; por tanto, ahí será clave la información veraz que dé el gobierno sobre el plan de inversión en esos ministerios, pero calificar de “reactivador” un esfuerzo fiscal de 3% se ve insuficiente para superar la situación de estancamiento en que está la economía y el país.

Aún no se conocen los parámetros sobre los cuales se estiman los ingresos fiscales 2020. El precio de cobre estimado es relevante producto de la volatilidad de su precio en los mercados externos; este año se consideró un precio de US$ 3,0 que no se ha logrado producto de la guerra comercial y el promedio de los últimos meses ha sido US$ 2,6. De hecho los ingresos provenientes del cobre en las arcas fiscales ha caído -6,4% en los últimos doce meses y resulta relevante que el Gobierno para 2020 estime los ingresos provenientes del cobre con un precio más realista (US$2,5) y no sobre estime sus proyecciones que han terminado -según informe del Consejo Fiscal Autónomo- inflando los ingresos fiscales en 0,5% del PIB.

 
Tampoco es una buena idea en materia de estimación de ingresos fiscales que se incorporen a los ingresos 2020 los recursos provenientes del proyecto tributario (app US$ 400 millones) que aún no se ha legislado. Esta mala práctica ha sido cuestionada transversalmente por quienes quieren ver más responsabilidad fiscal.
 
El debate de los proyectos de ley como el presupuesto, el tributario, el de pensiones requiere información veraz lo que lamentablemente no entrega el Ministro de Hacienda quién prefiere seguir en el camino de las fake news. En una entrevista dominical respondió a las críticas opositoras de Repetto y Valdés sobre la regresividad de la reintegración tributaria insistiendo que no se valora el beneficio que tienen 580.000 contribuyentes del tramo exento; sin embargo, omite que ese universo recibe de beneficio US$105 per cápita, mientras que los 24.900 contribuyentes más ricos reciben de beneficio US$ 9.200 per cápita –ahí está la regresividad que ministro no quiere ver-.
 
El Gobierno ha destacado los recursos a seguridad, pero es relevante que en 2020 los recursos no se decidan centralizadamente por el Ministerio del Interior como ocurrió este 2019. Se requieren más carabineros en las comunas con mayor población y mayor tasa delictual (lo que hoy no ocurre); sería razonable que la oposición reclame para 2020 que la distribución de los recursos de Carabineros sea en función de esas variables y que, además, se considere la opinión y aporte de los municipios.
 
El país demanda un debate informado y no de consignas sobre resultados de la inversión pública (más de US$ 70.000 millones) en mejorar la calidad de vida de los grupos medios y vulnerables. Ojalá no se defraude a la ciudadanía.