Oh I'm just counting

El renacer de la ligazón de la política y la farándula. Por Alfredo Peña R. Periodista y analista politico

Estas semanas estivales permiten conocer la profundidad de las nuevas tendencias en la política individualista y en el vínculo -cada vez más fuerte- entre política y farándula.

Un ejemplo de ello es como programas de farándula como Primer Plano -que tienen un respetable rating entre 7 a 10 puntos de promedio-se convierten en espacios privilegiados para que diversos políticos lo ocupen como su locus natural para hacer noticias y opinar.

 En anteriores ediciones se conoció el pololeo del senador Felipe Kast con un ícono de la farándula como Pamela Díaz; este domingo vimos como la diputada Pamela Jiles -panelista permanente del programa- trataba de instalar que la Gala del Pueblo que organizaba la influencer Naya Fácil era la expresión de la autonomía del pueblo frente a una élite discriminatoria que organiza la gala previa al festival de Viña del Mar; dándole un tinte político a estos eventos organizados vía redes sociales donde la gente -a juicio de Jiles- expresan su molestia con la élite social y política.

La diputada Jiles no reclamaba por el alza de las tarifas en el transporte público de otros $20 -ocurrida también este domingo-, sino por la suspensión de la gala del Pueblo y apoyaba a Naya Fácil -que tiene miles de seguidores en redes sociales-, cuestionaba a la élite que desfilará en gala oficial, buscando sumar adeptos y adherentes a su postulación como senadora por la región de Valparaíso, en la lista del PDG como informa la prensa.

El Festival de Viña en el verano previo y sus programas de farándulas dan una relevante vitrina a estos nuevos políticos que privilegian estar presentes en estos programas con alto rating.

Después asistimos a la proclamación de candidato a diputado del otrora cantante romántico Pablo Herrera, que en los últimos meses ha devenido en un activo representante de las ideas de la ultraderecha en programas de youtube como Sin Filtro y logró llegar a estos programas de televisión abierta producto de sus ataques machistas a la diputada Orsini; pero lo relevante para este nuevo político es ampliar sus audiencias repitiendo sus consignas y cuñas anti política y anti migrantes que lo han convertido en un vocero de la ultraderecha.

Ya sabemos que este sector político ha demostrado tener una fuerte expertirse en el uso de las redes sociales para instalar sus agresivas ideas y emergentes personajes candidatos que terminan siendo electos ya sea en 2023 en la Convención Constitucional, con una no despreciable cuota de diputados y ahora de cara a las presidenciales 2025 tiene en Johannes Kaiser un candidato que emerge -desplazando ya en las encuestas a José Antonio Kast- y tiene en serios aprietos a la candidata de Chile Vamos Matthei.

Incluso es más, en los próximos días conoceremos encuestas donde Kaiser está en un empate técnico con Evelyn Matthei.

Según un reportaje dominical, Kaiser cimentó su candidatura a diputado en el distrito 10 de la región Metropolitana vía su canal de Youtube donde tenía 100 mil suscriptores al iniciarse la campaña del 2021, revelando -como en diversos casos- que la ultraderecha propaga su discurso descalificador, anti democrático vía las diversas plataformas como Tik Tok, Youtube, Instagram y ahora agregó a los programas de farándula, convirtiéndose en un actor político relevante ya que la candidatura presidencial de Kaiser ha ido creciendo -marca en Criteria y Cadem 11% y 13% respectivamente, con un aumento de 4% y 3% en el último mes-, o sea que es una opción política que no puede ser despreciada ni ignorada.

Mucho más en un contexto político de mayor desprestigio de los partidos y del Parlamento como lo muestran los casos de la diputada Catalina Pérez (exFrente Amplio), el diputado Mauricio Ojeda (exRepublicano) y del diputado Jorge Durán (RN) que solo ahondan el nivel de desconfianza y molestia de la ciudadanía con la actividad política.

Además, las redes sociales refuerzan este mayor individualismo de la actividad política que tanto favorece a la ultraderecha y también a otros sectores antidemocráticos ya que pueden expresar su molestia, decepción y rabia contra el sistema democrático mediante el voto visceral contra las actuales élites gobernantes.

Quienes queremos una mejor democracia, algo debemos hacer.