Foto de los dirigentes de la JS en la Plaza de Armas de Concepción 1971. De izquierda a derecha y de arriba abajo: Andrés Signorelli, Carlos Lorca, Joel Huaiquiñir, Mario Sepúlveda, Iván Parvex, Jaime López, Luis Lorca y Enrique Sepúlveda.
Por Mario López
El libro recientemente lanzado en coedición por la Escuela de Periodismo de la Universidad Diego Portales junto con Catalonia, relata la vida clandestina del Partido Socialista durante los años duros del régimen dictatorial encabezado por Augusto Pinochet en nuestro país.
¿Cómo será vivir con otros nombres y apellidos, lejos de la familia y los amigos, en clandestinidad porque había que salvar la vida y al partido?
Es lo que se puede vislumbra en el libro de la colección periodística “Tal Cual”, del historiador Cristián Pérez “La vida con otro nombre. El partido socialista de Chile en la clandestinidad (1973-1979)”, investigación que forma parte de la memoria colectiva de Chile y que muestra como la dictadura militar, persiguió a sus adversarios con el propósito de exterminarlos.
Tras el golpe militar de septiembre de 1973, todos los partidos políticos de izquierda fueron proscritos y sus dirigentes enfrentaron la persecución y convivieron con el peligro y la realidad de muerte.
Hasta entonces, el partido socialista de Chile había funcionado en libertad y dentro del sistema político: había senadores y diputados socialistas, alcaldes y regidores socialistas, dirigentes campesinos y estudiantiles socialistas. Sus militantes, eran conocidos por la población, se reunían en las sedes partidarias y actuaban con apertura total.
De repente, de un día para otro, y sin ninguna experiencia, muchos debieron cambiar de indumentaria y domicilio, dejar a sus familias y comenzar a vivir y a hacer política en la clandestinidad ya que el objetivo era doble: salvar la vida y salvar al partido. Es el caso de un militante socialista, que tuvo que alejarse de su familia y que luego de tres años de clandestinidad, pudo hacer llegar una carta a sus padres.
Esta es la historia de numerosos militantes que vivieron la derrota y luego, con un riesgo personal enorme, rearmaron las estructuras partidarias en la clandestinidad luchando con muy pocos recursos y al mismo tiempo, con una enorme conciencia de que todo lo que estaba haciendo valía la pena inmersos en el miedo a ser descubiertos, a la traición y a la muerte.
Adicionalmente, en clandestinidad tuvieron que vivir sucesivas caídas de directivas, el “Documento de marzo”, el pleno de La Habana, dirigentes muy jóvenes asumiendo la dirección de un partido descabezado y compartiendo el liderazgo con viejos socialistas, la rearticulación en regiones, la situación en el exilio y las disputas entre la dirección interior y la exterior.
Temporalmente, el libro abarca desde el Congreso de La Serena de 1971 hasta el quiebre del partido en 1979.
Más de una década de azares y pérdidas, de trabajo y reconstrucción, de chapas y seudónimos. De vivir con otros nombres.