Oh I'm just counting

Las malas práctivas de la Nueva Política. Por Alfredo Peña, Analista y cientista

En 2013 irrumpieron en la arena política con un discurso de cambios a los estilos desgastados de la vieja política.

Electos en la Cámara de Diputados propusieron rebaja de la dieta parlamentaria, denunciaron “la cocina política” de la ex Nueva Mayoría para sacar adelante una reforma tributaria, señalaron que ellos venían a traer transparencia y aires nuevos a una política agotada de contubernios y consensos.

Este discurso lo reiteraron por años, incluso en 2017, NO apoyaron en segunda vuelta a Alejandro Guillier dándole pase libre a Piñera para que llegará por segunda vez a la Presidencia de la República.

Hoy ya sabemos que ad portas de la elección presidencial del 21 de noviembre, el candidato Gabriel Boric y el jefe político de la campaña Giorgio Jackson autorizaron hacer su propia cocina política con el mundo empresarial.

El vespertino La Segunda nos informa que en las últimas horas, este comando político se ha reunido muy en privado con diversas multigremiales empresariales: Consejo Minero, Cámara de Comercio, SOFOFA, empresas del sector eléctrico y que este acercamiento al mundo del gran empresariado culmina con una reunión con la CPC -ente de representación
del gran empresariado.

En esas reuniones con el empresariado, el coordinador programático de la candidatura de Gabriel Boric informa que han despejado la supuesta alza en los impuestos corporativos -lo que según Diego Pardow- “no está en el programa”, como también han diluido la promesa inicial de incorporar a representantes de los trabajadores en el directorio de las grandes empresas. O sea en “esa cocina de ese comando y su equipo programático con la dirigencia empresarial” han morigerado sus propuestas económicas buscando calmar los ánimos empresariales.

Lejanos parecen los días en que la dupla Boric-Jackson criticaban al segundo gobierno de Bachelet por mantener “la cocina política” y “la política de los acuerdos que siempre se hacía a espaldas de la ciudadanía”.

Y hoy nos enteramos por los diarios que están replicando esas prácticas de diálogo privado de esta nueva política con la dirigencia empresarial, donde solo se conocen a cuentagotas los temas ahí tratados, ya que no existe ningún reporte
que de transparencia a esas conversaciones.

También nos enteramos que la candidata a senadora por la RM de la coalición Apruebo Dignidad, Karina Oliva en su rendición de cuentas como candidata a la gobernación regional de la RM de las elecciones de mayo pasado pagó millonarios (y abultados) sueldos a sus asesores y además, rindió un millonario desayuno feminista como acto de cierre de campaña por $50 millones.

Según la investigación periodística de CIPER “el equipo de la abanderada frenteamplista -que ahora disputa un cupo en el Senado- estaba compuesto por siete personas que se repartieron un total de $137 millones.

Todos han integrado el núcleo que ha trabajado cercanamente con Karina Oliva en el Partido
Comunes, Además, el centro de estudios Fundación Chile Movilizado, vinculado al Partido Comunes, emitió dos facturas por $120 millones por asesorías para la campaña de Oliva”.

Según el mismo reportaje son los sueldos más millonarios que se conozcan ligados a las rendiciones de cuentas electorales desde el nacimiento de esta fórmula; además, la explicación ex post agrava la situación ya que se señala que correspondería adicionalmente a gastos de pre-campaña lo que está fuera del marco legal, con lo cual reconoce que esas
boletas “son ideológicamente falsas”.

Estas malas prácticas de lucros privados mediante el financiamiento público de las campañas electorales deben ser condenadas, han superado los límites éticos y legales y aún está en nuestra memoria los apoyos irrestrictos a Karina Oliva y las diatribas, mentiras y fake news contra Claudio Orrego de los que "venían a hacer una política transparente", porque lo otro era " no son 30 pesos, son 30 años".

Cuando se plantea una propuesta política que cuestiona a los actores vigentes y se irrumpe cuestionando el pasado y anunciando prácticas nuevas se requiere mucha consistencia y coherencia entre lo que se dice y lo que se hace.

Esa coherencia no la hemos visto acá. Se crítica a la antigua cocina política, pero se abre otra cocina para dialogar y entenderse con mundo empresarial en que la única diferencia es que cambian los interlocutores del mundo político; con el silencio político se avalan las malas prácticas de Karina Oliva en pagar millonarios sueldos a sus asesores con los recursos públicos por gastos de campaña.

Alguien nos recuerda que tampoco existieron las donaciones del diputado Jackson a organismos de solidaridad sino que las donaciones fueron para su propio partido para financiar las campañas políticas.

Parte importante de la desconfianza de la ciudadanía con la política surge de esa opacidad en la que actúan y se reforzaron los mecanismos de transparencia que debieran ser usados para lograr esa coherencia entre lo que se dice y lo que se hace.

Las reuniones con los gremios empresariales pudo haberse informado en la web del candidato Boric, pero no se hizo. Sólo las conocemos como parte de una operación comunicacional preparatoria de la reunión pública con cúpula de la CPC.

La transparencia y más transparencia ayudará a mejorar nuestra debilitada democracia -especialmente en la rendición de cuentas- y ese desafío debieran impulsarlo los distintos actores del mundo político porque en la política hay seres humanos con defectos y virtudes y el purismo y la superioridad moral no existen como nos ha tratado de vender el frente amplismo.