El 25 de enero del año pasado se alcanzó la temperatura más alta de la que se tenga registro en Santiago, cuando minutos después de las 17:00 horas, los termómetros marcaron 37,4°.

De hecho, en promedio, la máxima de todos los días de ese mes fue de 33,3°. Este año, sin embargo, las temperaturas han sido mucho más bajas que las del año pasado, marcado además por la seguidilla de los incendios forestales.

En enero se promedió una máxima de 29,7°, cuatro grados menos que el periodo anterior.

"El patrón que modera el clima en la zona central han sido muy distintos. El año pasado hubo cuatro olas de calor en Santiago y este año no se registró ninguna", explicó Arnaldo Zúñiga, meteorólogo y Jefe de Difusión de la Dirección Meteorológica.

Según detalló el experto, en 2017 "predominaron los anticiclones con aire muy cálido y este año hemos sido invadidos en la troposfera media por pequeñas perturbaciones de aire más frío, que ha atenuado las temperaturas".

Sin embargo, agregó que en febrero esta situación tendería a asimilarse con lo ocurrido el año pasado e incluso se podría registrar la primera ola de calor en los próximos días, pese que para mañana y pasado las máximas no superarían los 31°.

"Producto de la invasión de aire frío estaremos más atenuado los primeros días de febrero, pero el domingo repunta la temperatura y podría registrarse una ola de calor en Santiago, ya que para ese día está pronosticado 32° y para el lunes 33°", advirtió.

Respecto a la ola de calor decretada para las regiones de Biobío, el Maule y la zona interior de La Araucanía, Zúñiga añadió que "esas áreas estarán entre los 35° y 36°", una condición propicia para la ocurrencia de incendios forestales.