Un máximo de 190 jefes de estados podrían llegar a la reunión sobre el cambio climático que se realizará en Santiago el próximo mes de diciembre. Así lo considera la agenda de todos esos países. Sin embargo, en un hecho inédito, Chile pidió cambiar la fecha para enero lo que fue rechazado de inmediato por Naciones Unidas.
El hecho es relevante porque muestra una improvisación mayúscula de los encargados de la organización: el ministerio del Medio Ambiente y la Cancillería. En una palabra, La Moneda.
Luego de que la ONU confirmara que la Cumbre del Cambio Climático COP 25 se debe realizar en diciembre de este año, la ministra del Medio Ambiente, Carolina Schmidt, reconoció que esperaban tener más tiempo para la organización y anunció que el Ejecutivo pedirá al Congreso que autorice el gasto de 35 millones de dólares.
En tanto, desde la oposición afirmaron que lo ocurrido con la COP 25 demuestra la improvisación y el desorden que tiene Sebastián Piñera en materia de política exterior.
A raíz de esto, incluso el diputado UDI Issa Kort, le pidió al Gobierno no andar sembrando dudas sobre la realización de la cumbre COP 25, sino ponerse a trabajar de lleno.
En tanto, la oposición transversalmente cuestionó la forma en que se ha desarrollado el trabajo sobre la cumbre del clima. Tildaron a la administración de Sebastián Piñera de estar improvisando de mala forma.
El presidente de la comisión de Medio Ambiente del Senado, Guido Girardi, anunció que citará a la ministra Carolina Schmidt para que explique las razones del porqué a 9 meses de la cumbre, todavía no existe ni siquiera un lugar físico para su desarrollo.
Guirardi aseguró que el Gobierno no puede actuar desordenadamente e indicó que esta cumbre “no puede ser como un mundial de fútbol”.
El excanciller, ex secretario general de la OEA y actual senador por Arica, el socialista José Miguel Insulza, fue más allá e indicó que un presidente que no está de acuerdo con lo que se va a debatir no puede organizar una reunión de alto nivel.
Esta cumbre, que aborda el calentamiento global, tendrá que desarrollarse de forma muy distinta a la APEC, que desde hace dos años está trabajando en el tema.