Camila Vallejo es la única ministra del gabinete que permanece en La Moneda de aquel grupo que se fogueó como dirigentes estudiantiles junto a Gabriel Boric.
La ministra Secretaria General de Gobierno, Camila Vallejo, mantuvo una íntima entrevista con la Revista Velvet, en que se refirió a diversos puntos de su vida. Dentro de ellos, se sinceró sobre su verdadera relación con el Presidente Gabriel Boric.
“Mucha gente cree que con Giorgio y Gabriel tuvimos una relación de amistad y complicidad desde el 2011 a la fecha, y no fue así. Gabriel fue mi competencia en la lista de la FECH”, partió diciendo la secretaria de Estado, respecto a su relación de amistad con el mandatario.
En eso, reveló que “tuvimos momentos de adversidad y tensiones”. Relación que al llegar al Congreso no cambió del todo: “En el Parlamento tampoco fuimos muy aliados. Había formas distintas de leer el momento político, no era una bancada estudiantil que actuara en unidad. Teníamos diferencias y las expresábamos pacíficamente”, agregó.
En esa línea, Camila Vallejo indicó que “el acercamiento mayor ha sido con este desafío, hemos logrado construir una complicidad en el camino desde el gobierno (…) Creo que ahora hemos ido construyendo una relación de mayor amistad, de compañeros de ruta”.
“Él me dice que soy una síntesis entre arrojo y ponderación. Nos tenemos absoluta confianza y nos decimos las cosas”, complementó la ministra sobre el Presidente Gabriel Boric.
“No voy a dejar de ser política”
Respecto a sus proyectos en el futuro, Camila Vallejo fue clara: “Lo que quiero y lo que debo van de la mano, lo asumí hace poco. Yo no voy a dejar de ser política. Pero me hablan de candidaturas futuras y lo bloqueo inmediatamente, porque mi tarea es ser ministra de Estado del Presidente Boric”.
La ministra también habló del amor, de cómo vivió la ruptura con el progenitor de su hija y cómo volvió a enamorarse, tras perder toda la fe.
“Cuando entré al Congreso y me separé del padre de mi hija dije: ‘No tengo por qué ser el ejemplo de militante, el ejemplo de dirigente, el ejemplo de parlamentaria, de madre, de pareja, el ejemplo de todo. Tengo que buscar mi propio equilibrio’. Y ahí tuve un respiro”, reveló.
Y agregó que “el feminismo me ayudó mucho a desprenderme de las culpas, también en mi maternidad” y que se dio cuenta que “he superado mis umbrales de intensidad, pero no soy un robot. No soy una máquina. Soy un ser humano que tiene vida y que tiene derecho a disfrutar de ella”.
Tras este quiebre, la militante comunista confesó que perdió toda esperanza en el amor. “Pensé que nadie iba a querer tener una relación estable con una mujer joven, en política, tan expuesta como yo, con una vida intensa y con una hija”.
“Lo asumí y dije: está todo bien, voy a disfrutar, voy a conocer hombres, pero olvídate Camila de tener una relación estable”, añadió.
Sin embargo, y sin pensarlo, conoció a Abel Zicavo. “De repente conozco a Abel y todo dio un vuelco. Absolutamente todo. Lo conocí en un cumpleaños de un amigo en común, me lo presentaron a la pasada y no le presté atención ni conversamos. Y en otro momento llegó con un grupo de amigos al departamento que yo arrendaba. Éramos pocas personas, escuchando música y tomándonos un vino, y fue el momento en que pudimos conversar, en el balcón de ese departamento. Me hacía preguntas con genuino interés y curiosidad”, señaló.