La diputada y segunda vicepresidenta de la Cámara, Catalina Pérez (Revolución Demócratica, RD), salió a aclarar la polémica tras el millonario convenio de $426 millones adjudicado a la Fundación Democracia Viva, ligada a su pareja, Daniel Andrade, (RD) en solo dos meses a fines del año 2022.
La parlamentaria le lanzó una esquirla a su pareja-pololo y recalcó que no tiene “absolutamente ninguna injerencia, interés o participación en la firma de los convenios que han suscrito dos hombres adultos, exfuncionarios de la administración del Estado”.
El pasado sábado renunció el seremi de Vivienda y Urbanismo de Antofagasta, Carlos Contreras, (RD) luego de que se conociera de tres convenios que firmó con la Fundación Democracia Viva, vinculada a la pareja de la diputada Catalina Pérez (RD).
Respecto a esto, la congresista dijo que no está “disponible a tolerar ni a aceptar que se busque endosarme a mí, responsabilidades por actos que cometen terceros. Yo he construido una carrera política que todos ustedes pueden revisar”.
“Esto no se trata solamente de responsabilidades legales o administrativas, sino que también se trata de responsabilidades políticas".
Y en su apreciación, le lanzó un misil a su pareja-pololo Daniel Andrade: "Aquí hubo un error de juicio político grave, aquí hubo un error de criterio político grave, y los responsables políticos, que son los firmantes del convenio, don Carlos Contreras, don Daniel Andrade, tendrán que responder políticamente como corresponde (…)”, explicó textual la diputada Pérez.
La parlamentaria recalcó que “no tiene ninguna injerencia, participación o interés en los convenios que aquí se han suscrito”.
En tanto, Pérez dijo que “no ha cometido ningún error aquí, ni tengo absolutamente ninguna responsabilidad que asumir sobre mis hombros”.
Así también manifestó que “no tenía ningún conocimiento sobre la firma de este convenio, sus características, montos, momentos o lugar de ejecución”.
Respecto a la censura que se ha presentado en contra de la Mesa de la Cámara, la diputada lo calificó como “un aprovechamiento político, porque no podría comprenderlo de otra manera”.