El presidente Boric dijo hace pocos días que no iban a vivir el año del "pato cojo" y que gobernarían hasta el último día. Varios hechos políticos han demostrado todo lo contrario que señala el mandatario.
Las renuncias de las ministras del Interior y Defensa y de su principal asesor del "segundo piso" muestran que el "pato cojo" opera a plenitud en el Gobierno.
El "pato cojo" es la denominación que se le da a alguien en un cargo electo a quien se aproxima la fecha en que debe dejarlo. Y en este caso, el "pato cojo" es un político saliente, un político electo cuyo sucesor ya ha sido elegido o lo será pronto. Y que este político saliente tiene menos influencia sobre otros políticos debido al tiempo limitado que le queda en el cargo. En el caso de Boric, menos de un año, y si sacamos cuenta que en nueve meses justos ya tendremos elegida a la Presidenta o al Presidente de la República, el "pato cojo" ya está operando en el Gobierno. No hay lugar a dudas.
El grave episodio de filtrar a la prensa las conversaciones políticas privadas de Karol Cariola e Irací Hassler en el marco de una investigación penal de la Fiscalía Regional de Coquimbo nuevamente ha revelado la profunda crisis institucional en que estamos inmersos. Y es parte de ese "pato cojo", donde los propios fiscales analizan que el poder cambiará en menos de un año.
Es más hasta el propio Presidente de la República, este viernes se conoció que fue citado a declarar como imputado en el tema de la compra y venta de la casa de Salvador Allende en Providencia.
En el caso de las dos militantes del PC, una alcaldesa de Santiago hasta diciembre del año pasado y la otra, la tercera autoridad de la República, Presidenta de la Cámara de Diputados están siendo investigadas por tráfico de influencias y cohecho, pero la prensa en su legítimo derecho, dio a conocer una conversación política privada en la que se emiten duros juicios políticos al Presidente de la República y su ministra vocera titular y a otras autoridades de La Moneda, pero no hay ahí en esa conversación ningún indicio de faltas, delitos e irregularidades.
La fiscalía filtra esa conversación solo para hacer daño político...
¿Por qué Fiscalía “filtra” esas conversaciones que son privadas y que no son parte de la investigación penal? Ya son muchas las filtraciones de conversaciones, pero muchas de ellas estaban vinculadas a cuestiones reprochables y sancionables como fue la conversación de la ex ministra de la Corte Suprema Angela Vivanco con el abogado lobbysta Luis Hermosilla acordando cuestiones judiciales, también se conocieron conversaciones del ex Fiscal Manuel Guerra con Hermosilla refiriéndose a ex alcaldes como Matthei y Carter.
Son muchas las veces en que materias propias de la investigación terminan siendo conocidas vía un importante diario -que parece ser el medio preferido por los Fiscales-; pero hasta el momento no hemos conocido nada de las declaraciones del ex ministro Chadwick en el marco de las indagatorias del Caso Patio, Sauer y Hermosilla.
La Fiscalía Regional de Coquimbo ha anunciado una investigación por estas filtraciones ya que según su comunicado es una “una carpeta investigativa vigente y amparada bajo la reserva establecida en el artículo 182 del Código Procesal Penal” lo cual significa que esta filtración es una vulneración a la reserva de la investigación, lo que podría afectar el curso de ella.
Claramente estas filtraciones tienen una intencionalidad política. Pero hoy lo lamentable es que la frontera entre lo público y lo privado dejó de funcionar, no hay respeto por la intimidad y ya sea en la política, en los negocios o en la prensa donde todo vale; develar conversaciones privadas se convirtió en algo normal en las sociedades modernas.
Hoy día se conocen “pelambres” políticos entre militantes comunistas y pronto conoceremos peleas y pelambres de la ultraderecha o de otro sector político y a nadie ya sorprende porque se convirtió en algo normal de esta política destructiva, donde no importa dialogar ni construir acuerdos y pareciera solo importa destruir al competidor.
Este episodio ha mostrado que la dirigencia del Partido Comunista no está inmune ni alejada de estas malas prácticas, que se jactaron durate muchos años. Hemos conocido las tratativas de la diputada Karol Cariola para poner gente de su oficina parlamentaria en el municipio de Santiago, hacer gestiones para su amigo chino, cuestiones que se creían exentas a las autoridades comunistas y en los últimos meses, muchos de esos directivos y altos funcionarios del municipio de Santiago de la ex alcaldesa Hassler han "migrado" y están ahora en el Ministerio de Educación, Dirección del Trabajo y en otras oficinas gubernamentales dirigidas por militantes del PC; o sea las mismas prácticas que ellos criticaban duramente en los gobiernos de la Concertación y en los dos de Piñera, la realizan sin desparpajo.
Un destacado analista político y exmilitante comunista y que hace muchos años renunció a ese partido, Max Colodro consignaba este viernes que "para el PC es un escenario crítico en el cual por primera vez se ve sistemáticamente vinculado a casos de corrupción". Colodro aborda la compleja semana política y afirma que situaciones de Cariola, Hassler y del exalcalde Daniel Jadue golpearán al partido y a su futura candidatura presidencial.
Este estilo de hacer política, favorece a un sector en un momento, pero en otro momento puede ser perjudicado ya que en la montaña rusa de las denuncias es la clase política la que termina siendo perjudicada y en especial, acentúa la desconfianza social en las democracias.
Grave es también que en el asesinato en Graneros se termine comprobando la poca pericia y capacitación de los funcionarios de Carabineros en la mesa de atención del 133 y en la poca capacidad técnica de geolocalizar las denuncias producto de la falta de recursos tecnológicos como de la pericia de la operadora que tuvo 8 minutos de conversación con la víctima y Carabineros llegó al sitio del asesinato casi una hora después. Hay mucho que mejorar en la capacitación y gestión de recursos tecnológicos en Carabineros para combatir al Crimen Organizado que debe impulsar su dirección institucional.
Cuando las instituciones no funcionan según las reglas establecidas solo se ahonda en el deterioro de la democracia. Hace ya más de una década que estamos en este circuito infernal y ya es hora de salir con un proyecto país que releve la lucha contra la corrupción, este mal que está debilitando la vida democrática.