La semana pasada el presidente Piñera vivió una fuerte derrota política en el Parlamento, tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados ya que el proyecto de Tercer Retiro fue aprobado por sólidas mayorías –superiores al 70%-.

Tozudamente insistió en detener esta reforma constitucional en el Tribunal Constitucional y presentó un requerimiento confiado en volver a tener el voto dirimente de la presidenta del TC.

Pero jamás se imaginó esta tremenda derrota y paliza política de 7 votos a 3 que rechazó la admisibilidad del requerimiento, con votos inesperados de ministros del TC que antes habían aprobado su requerimiento y que puestos en tendencia política, son magistrados cercanos a la UDI y RN..

Un Presidente de la República desconectado de la realidad que insistió en querer “demostrarle” a la ciudadanía que sus ayudas fiscales vía IFE y bono Clase Media “eran superiores al tercer retiro.

Desconcertante que un inversionista exitoso compare ayudas sociales que significaron un gasto de US$ 6.000 millones el año pasado y que se proyecta un gasto de US$ 9.000 millones para 2021; mientras el primer y segundo retiro significaron inyectar liquidez de US$ 35.000 millones.

Según los mismos informes del Ministerio de Desarrollo Social a marzo de este año el IFE lo habían recibido 3,7 millones de hogares que son apenas 58% de los hogares inscritos en el Registro Social de Hogares.

Es incomprensible la desconexión con la realidad que viven las familias vulnerables y de clase media en esta pandemia con que ha actuado Piñera y sus ministros del comité político al que un conocido columnista los calificó como "estudiantes en práctica". Estos ministros parecieran no saber que el IFE ha significado un aporte de $143.000 mensuales por
 hogares; por lo cual no puede compararse con lo que reciben vía los Retiros del 10%.

Esa burbuja en que vive la élite empresarial y política le pasó la cuenta a Piñera y le generó la peor derrota política ocurrido a un mandatario hace más de 45 años, en especial frente a una crisis social donde el gobierno ha llegado tarde y mal con sus insuficientes ayudas.

Una crisis social que ha dividido a su alianza política, actores que rechazan sus malas propuestas y que no quieren cargar con el bulto de apoyar a un gobierno que solo tiene 9% de apoyo ciudadano a solo 3 semanas de la elección más
trascendental de las últimas décadas.

Así llegó a su peor derrota política.

El emergente liderazgo en la Oposición

La Oposición esta vez actúo unida gracias al liderazgo de la Presidenta del Senado Yasna Provoste que unió a la dispersa oposición parlamentaria para aprobar el Tercer Retiro, reclamar el retiro del requerimiento y una vez rechazado
esté exigió con prontitud la promulgación de una reforma constitucional que no alteró el ordenamiento constitucional.

Un liderazgo que privilegia decisiones colectivas, cuyos puntos de prensa son realizadas con los parlamentarios de oposición y que muestra a la ciudadanía que es posible actuar unidos para defender la urgencia de tener una real red de
protección social en el país.

Yasna Provoste ha mostrado un liderazgo sereno y fuerte, pero también con convicción de que lo relevante es ayudar a las familias que la están pasando mal, que es urgente una mayor universalización de los apoyos sociales, insistiendo en
una Renta Básica de emergencia.

También ha insistido que los retiros del 10% deben dar paso a una ayuda fiscal potente y ha insistido que debe financiarse con mayores impuestos progresivos provenientes de quienes más tienen.

Ha mostrado que la Oposición unida pueda obtener triunfos como acelerar las ayudas sociales y como Presidenta del Senado ha jugado un rol de ser la segunda autoridad de la República.

En momentos de crisis, las instituciones republicanas como el Senado están mostrando que pueden dar certezas y reunir a una dispersa sociedad chilena que requiere real unidad para enfrentar la crisis sanitaria y la consiguiente crisis social
y económica que estamos viviendo, acentuada por una mala gestión gubernamental.