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"¡Esa es la derecha pinochetista, xenófoba!": Maduro condena ataque a venezolanos en Iquique

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, condenó este lunes el violento ataque a migrantes venezolanos indocumentados en el norte de Chile y anunció un plan para repatriarlos de vuelta a su país.

“A través de la cancillería, de inmediato, procedamos a un plan ‘Vuelta a la patria’ de todos los venezolanos y venezolanas que están en Iquique, Chile, perseguidos, atacados por la xenofobia de una derecha pinochetista”, dijo Maduro en una alocución transmitida por la televisora estatal.

“¡Esa es la derecha pinochetista, xenófoba, discriminatoria, que persigue a nuestros hermanos y hermanas!”, exclamó el mandatario.

Unas 3.000 personas protestaron el sábado en Iquique -con banderas chilenas y carteles con lemas antimigración- contra la creciente llegada de migrantes a la ciudad.

En medio de gritos xenófobos, un grupo quemó las pertenencias de migrantes que acampaban en las calles de Iquique y que la Policía evitó fueran golpeados por la turba.

La protesta en Iquique ocurrió luego de que, el viernes, la policía desalojara una plaza donde acampaban familias de migrantes con niños, la mayoría venezolanas, en medio de la creciente crisis migratoria en esa zona.

Maduro indicó que activó el plan “Vuelta a la patria” -lanzado en agosto de 2018 para facilitar el regreso voluntario de migrantes- para las personas que deseen regresar de Chile.

“Nosotros vamos a responder por todo, por estos compatriotas que están en Iquique, respondemos plenamente”, enfatizó el líder chavista.

Miles de venezolanos indocumentados cruzan la frontera entre Bolivia y Chile, huyendo de la crisis en su país, que Maduro atribuye a las sanciones económicas de Estados Unidos en su contra.

La travesía la hacen por pasos no habilitados en el inhóspito Altiplano, poniendo en riesgo sus vidas. Unos 11 migrantes han muerto en esta ruta en el último año.

La Fiscalía chilena abrió una investigación por esta protesta que fue condenada por UNICEF y ACNUR. El propio presidente de Chile, Sebastián Piñera, calificó lo ocurrido de “brutal agresión”.