A pesar de que el pasado miércoles 20 de septiembre comenzó el período legal de propaganda política, con miras a la elección del próximo 19 de noviembre, en el país ni se nota que estamos en campaña política.

 

Solo unos pocos voluntarios entregan panfletos y volantes de los candidatos a la presidencia y el Parlamento en accesos del Metro, plazas, calles principales, paseos y sitios públicos.

 

Raya para la suma: no se vislumbra esa expectación que es tan típica en la antesala de un proceso de esta envergadura.

 

 

Para el director del centro de estudios de la Universidad de Talca, Mauricio Morales, “a diferencia de lo que pasó en los años 90, cuando la gente sentía que había algo en juego, hoy los ciudadanos sienten que el régimen político está consolidado al igual que el modelo económico. Por lo tanto, no perciben muchas diferencias programáticas entre los candidatos presidenciales”.

 

“Además, en el voto voluntario los candidatos no tienen incentivos para aparecer tanto en la prensa, porque le hablan a un sector muy especifico y prefieren la relación cara a cara con los probables votantes y no desgastarse intentando convencer a personas que no quieren votar”, comentó a Cambio21.

 

 

Por si fuera poco, “las restricciones que establece la nueva legislación han reducido los espacios para hacer campaña, lo que ya se vio en la anterior elección municipal y en las primarias, con las zonas públicas que fueron habilitadas por el Servel, y que en el ámbito de los recintos privados comenzará recién el 20 de octubre”.

 

“La experiencia del año pasado nos dice que como hubo poco espacio para entregar propaganda, esto terminó beneficiando a los incumbentes, donde el 73% de los alcaldes resultó reelecto en comparación con el histórico 58%”, agregó.

 

 

Pedro García, candidato a diputado por Santiago, Ñuñoa y Macul, añade otro poderoso factor que complejiza aún más el trabajo en terreno: la plata.

 

“Si bien tuve la suerte de que hace muy poco me depositaron unos dineros que yo mismo aporté a mi campaña, a nivel general el tema de los recursos es muy limitante. Los costos son muchos y si bien felicito que las empresas no puedan donar, para la persona natural es engorroso aportar. Por lo mismo, le hemos pedido al Servel y al BancoEstado que faciliten el traspaso de los dineros que van llegando”, expresó este medio.

 

 

El exministro de Salud y militante DC habla también del “exceso de transparencia electoral que impusieron los legisladores” en la nueva ley, “la que hace difícil llegar a tanta gente de, por ejemplo, los seis comunas que fusionaron y que componen el distrito 10. Es complejo llegar a todos y cuando llegamos la gente se queja y nos dice que por qué no avisamos que íbamos en camino”.

 

Por último, el médico y exconcejal capitalino mira al Estado central, “que no aporta la suficiente publicidad para que los votantes sepan que estamos en campaña. Si el estado de ánimo de la ciudadanía es de desgano y de cuestionamiento hacia la política, lo ideal es que con más propaganda y apoyo podamos revertir esta situación”.

 

“Las elecciones son una fiesta de la democracia y lamentablemente se están arruinando cada día más”, concluyó García.