Según el reportaje, hasta marzo de este año existían los datos, pero no confesiones. Se sabía que desde el círculo férreo de Pablo Longueira se articuló una red de boleteros para recibir cientos de millones de grandes empresas. Pero poco había sobre el destino de esas platas.
Investigación periodística revela cómo Longueira recaudó millones de SQM para campañas de la UDI
Una estrecha colaboradora de Longueira aportó el dato clave que permitió adentrarse en la máquina que montó para financiar su actividad política al margen de la ley.
El sitio de investigación periodística CIPER, en una nota firmada por Mónica González y Nicolás Sepúlveda, reconstruyó la ruta a través de la cual el ex senador recibió más de $1.300 millones de SQM y otras empresas. Y apareció el andamiaje: los pagos directos a candidatos de la UDI, un junior que recorre bancos con un maletín, los préstamos de la inmobiliaria Copra pagados con platas de SQM. Una trama que entrelaza a 35 boleteros con su centro de operaciones en Nueva Los Leones 0281. Aunque parezca increíble el SII aún no se querella.
Según el reportajhe, hasta marzo de este año existían los datos, pero no confesiones. Se sabía que desde el círculo férreo de Pablo Longueira se articuló una red de boleteros para recibir cientos de millones de grandes empresas. Pero poco había sobre el destino de esas platas. Los datos decían que Soquimich había sido la única financista de las dos fundaciones –Chile Justo y Web-, que Longueira creó en 2006 cuando su apetito presidencial se desató. Pero la ruta del dinero no estaba trazada.
La única certeza era que todos los millones confluían en el comando de operaciones que el ex senador y ex ministro de la UDI tenía montado en Costanera Andrés Bello con Nueva Los Leones (Providencia).
Todo cambió el 6 de abril pasado. Ese día, Carmen “Coca” de Castro, una de las principales colaboradoras de Longueira, rompió el silencio cuando declaró ante el Ministerio Público:
“Respecto del destino de estos fondos, según lo que me dijo Titi (Valdivielso), estos correspondían a un aporte para un fondo común, para apoyar a los distintos candidatos a diputados, concejales, alcaldes en campañas vinculadas al partido UDI (…) Creo que Pablo Longueira apoyaba la recaudación de fondos para campañas de jóvenes candidatos a alcaldes, concejales y diputados, quienes tenían dificultades de financiamiento, y la Titi trabajaba con Pablo Longueira, era su jefa de gabinete y su asistente personal (…) Existía un fondo común para financiar todas estas situaciones, y en su administración no tuve injerencia alguna”.
Su confesión fue suficiente para comenzar a hilar los cabos sueltos que se acumulan en la indagatoria judicial que se inició en marzo de 2016 y que tiene formalizado a Longueira por delitos tributarios y cohecho.
La reconstrucción de la ruta del dinero realizada por CIPER indica que al menos $1.300 millones pagados por SQM y otras 13 empresas pasaron por una red de boleteros, sociedades y fundaciones ligadas a Pablo Longueira y su entorno.
La línea de tiempo que reconstruyó CIPER con la captación de esos dineros desde el círculo de hierro de Longueira está alimentada por muchos relatos e imágenes. En la mayoría de ellos aparecen jóvenes universitarios cobrando cheques y vale vista en cajas de bancos para luego entregar esos millones en efectivo a un junior o a una asesora del ex senador. Su equipo se las arreglaba para mantener activa la correa transmisora del financiamiento ilegal. En paralelo, se reclutaba a nuevos boleteros. Había que mantener la máquina aceitada.
La declaración de Coca de Castro permite tejer datos. Ahora puede entenderse que Longueira pidiera un préstamo de $100 millones a sus amigos de Copra para financiar campañas de la UDI en 2009, y que luego utilizara el dinero proveniente de SQM para devolver ese préstamo. Todo servía para engordar el “fondo común” que financiaba campañas. Millones que sirvieron para aportarle a las candidaturas de Pablo Zalaquett, Jorge Castro, Emilio Amstrong, Gustavo Alessandri Balmaceda, Paula Phillips y del propio Longueira.
CIPER revisó las cartolas de las cuentas corrientes que Longueira y su principal asistente, Carmen Luz (Titi) Valdivielso han utilizado en los bancos Santander y BCI, y cruzó esos datos con las declaraciones judiciales que han entregado testigos claves de su entorno. En esos relatos está el detalle: cómo el dinero obtenido gracias a la emisión de boletas falsas viajó incluso dentro de maletines con un destino, la sede de las fundaciones Chile Justo y Web.