Para la ex parlamentaria, Chile Vamos impide que La Moneda evolucione en materias de género. “El gobierno reconoce a una atleta transexual y le hacen un escándalo”, señala.
Para Pérez, "Ser feminista conservadora es muy difícil y desde la derecha te ponen muchos problemas, lo viví en carne propia. Todavía les falta empatía a las cúpulas, no a la gente. Siempre hago esa diferencia, porque las bases militantes, las mujeres de Chile Vamos, con excepción quizás de la UDI, piensan como yo, y las cúpulas de los partidos siempre están llegando tarde en estas materias. Desde la vuelta a la democracia ha habido hitos y la derecha ha llegado tarde, se ha restado o, peor aún, ha estado en contra. Es muy difícil ser feminista en la derecha, porque te encuentras con un mundo patriarcal en las cúpulas, donde mandan los mismos que hace 20 años, hay poca renovación de líderes y los jóvenes no sacan la voz, los tienen frenados".
La exparlamentaria reconoce que "Yo siempre fui un voto solitario. Cuando era concejala, en el año 95, me querían pasar al Tribunal Supremo de RN por haber suscrito un documento de la Conferencia Internacional de la Mujer en Beijing a favor de que en Chile se legislara el divorcio, a favor de la distribución del método anticonceptivo. Hay un cúmulo de historias donde la derecha se ha restado o ha estado en contra: proyecto de filiación, ley de divorcio, píldora anticonceptiva de emergencia. Cuando estuve en RN, recuerdo que peleaba por las mujeres golpeadas y me enfrenté a muchos que decían que eso no tenía importancia, que eran problemas de familia, no del Estado. Nunca olvidaré eso, fueron las razones que hicieron que me fuera", dijo.
Lily Pérez asegura que Jacqueline van Rysselberghe "claramente, no entiende lo que es el feminismo. El feminismo no tiene bandera política. Es un error plantear el feminismo en términos de una trinchera política, eso es politizarlo y lo hacen la presidenta de la UDI y gente de la ultraizquierda. En segundo lugar, da lo mismo lo que uno diga, uno es su trayectoria y sus votaciones, la presidenta de la UDI siempre votó en contra todas las iniciativas de la mujer. Para mí, una feminista es una mujer que, más allá de su partido político, es capaz de levantar la voz contra cualquier injusticia y discriminación que hay en contra de la mujer".
"Si bien reconozco que hay un esfuerzo del gobierno de hacer una agenda promujer -asegura-, creo que se queda corta en materia de derechos reproductivos. ¿Por qué? Porque todavía hay municipios que no entregan la píldora anticonceptiva de emergencia y ¿dónde está el Ministerio de Salud fiscalizando?"
"Es contradictorio con que el gobierno trate de impulsar una agenda feminista. El gobierno está atrapado, no tiene cómo avanzar en una agenda feminista, que a mi juicio tiene que ser revisada, porque se queda corta, es insuficiente. El otro día, el gobierno reconoce a una atleta transexual y le hacen un escándalo, no se entiende el escándalo. Desgraciadamente, nuestra clase dirigente de la derecha en Chile está anclada en los republicanos norteamericanos, no están anclados en la derecha europea, que es moderna, que no se cuestiona estos temas".
Varias son las cosas que faltan, según la exparlamentaria: "La educación no sexista, por ejemplo, es superimportante y no la veo presente en la agenda del gobierno. Todavía hay zonas rurales donde los padres si tienen que decidir quién va al colegio mandan al hijo y la niña se queda en la casa ayudando a la mamá. Segundo, la violencia contra la mujer. Una de cada tres han sido víctima de violencia de cualquier tipo: sexual, física y emocional. Y eso apunta a una educación no sexista".
Se sincera Lily Pérez, reconociendo que Piñera no es nada de feminista, que no cree en ello: "Es que no lo es, nunca lo ha sido. El Presidente es de una generación donde el feminismo no era una causa. Él es un hombre que tiene conciencia del valor de la mujer, que ha impulsado materias de aporte a la mujer, pero que sea feminista, no lo es".
Para ella, "es un hombre que le cuesta empatizar con la causa feminista, le cuesta entenderla, y por eso el gobierno cometió este error, de no mirar con atención esta agenda y minimizarla tratando de politizar diciendo aquí marcha la izquierda. Mi hija fue a marchar y es de derecha. Fue un error del gobierno llamar a no marchar, a restarse, a que las mujeres no participaran".
Aunque reconoce que no pudo esta vez ir a marchar el 8 de marzo, lo habría hecho: "No pude, porque estaba grabando un programa de televisión que terminó a las cinco de la mañana, pero mis amigas de derecha fueron, mi hija también".
De acuerdo a Pérez, el gobierno se equivocó en interpretar el sentido de la movilización: "No supo interpretar lo que estaba pasando con el movimiento feminista. No supo leer lo que venía del año pasado con las manisfestaciones feministas estudiantiles y universitarias. Todas las señales que el gobierno dio era que estaba en contra de la movilización feminista, por lo menos respecto de lo que iba a pasar el día viernes, comunicacionalmente lo hizo".
Incluso cuestionó las críticas de la ministra de la Mujer, Isabel Plá, "En el gobierno lo ministros no se mandan solos. Es el Presidente el que les da la bajada de lo que van a decir, yo no podría echarle la culpa a ella. Obviamente, a mí me hubiese gustado ver a la ministra Plá en la marcha igual que todas las ministras del mundo. De todos los colores políticos. Entendamos de una vez por todas: no puedes politizar el feminismo. Pero ella actuó de acuerdo al pensamiento del Presidente, que se equivocó y minimizó al movimiento feminista, y yo hago un matiz con la ministra Plá, que creo valora el movimiento. La derecha, en cambio, permanentemente por su falta de empatía empezó a ceder terreno en lugares donde la derecha tiene mucho que decir. Yo creo que, efectivamente, hay feministas que se inclinan por el marxismo y hay otras feministas, como yo, que nos inclinamos por el capitalismo".
Confiesa que la excluyeron, razón por la que no le dan muchas ganas de volver a la política: "Fue un acto de machismo extremo de parte de quienes impidieron que yo pudiera colaborar con el gobierno. Y ojo, yo nunca pedí algo, porque yo no vivo de la política, pero el Presidente quería contar conmigo y le dijeron que no, se lo pusieron como condición, sé la reunión y quiénes lo hicieron. Y, por lo tanto, ¿qué acto más de machismo que ese? Mis ideales, fue por mi voto en el aborto en tres causales, porque mi voto era dirimente y me advirtieron y yo dije: ‘Oye, pero yo soy mujer. Yo no le diría a ninguna de mis niñas que se hiciera un aborto, nunca, pero yo represento a otras mujeres’."