En medio de la polémica que tiene enfrentado al Partido Comunista con diversos sectores de la Nueva Mayoría, en especial la Democracia Cristiana, a causa de su defensa institucional al gobierno venezolano de Nicolás Maduro, surge el debate respecto al costo político que tendría que asumir el PC desde la oposición a contar de la segunda administración de Sebastián Piñera.

 

A juicio de los distintos parlamentarios de la DC, la tienda liderada por Guillermo Teillier “se puso al margen de la política de Estado”, dado que siguen “defendiendo una dictadura”. En respuesta dada a La Segunda, Carmen Hertz, diputada electa del PC, negó que exista una deslealtad con La Moneda y criticó el hecho que la Cancillería “está apoyando la injerencia extranjera en Venezuela con todos los peligros que eso implica”.

 

 

Entre medio, el ministro de Relaciones Exteriores, Heraldo Muñoz, mantuvo de pie la invitación extendida a Maduro para participar al cambio de mando del próximo 11 de marzo y expresó que “hay una diferencia entre Estado y gobierno. Uno puede tener una posición muy clara, como la tiene Chile, respecto al gobierno venezolano, pero algo distinto es una invitación a Venezuela”.

 

Cabe recordar que el “Grupo de Lima” acordó el pasado martes reconsiderar la participación de Venezuela en la Cumbre de las Américas que se efectuará en abril de este año. Esto tras considerar que hubo una ruptura del orden democrático en el país llanero.

 

 

Rodrigo Larraín, sociólogo y analista de la Universidad Central, asegura que “va a haber un costo político para el PC”, dado que “le ha costado mucho conseguir su electorado, en el marco de que este partido fue bastante grande en occidente”.

 

“Creo que ahora se ha enredado con defensas absurdas que nada tienen que ver con la visión del comunismo. Por ejemplo, Cuba, en circunstancias que hace mucho tiempo la isla despreció al PC e incluso lo ridiculizó. Después le bajó el cariño por Corea del Norte y ahora con esto de Maduro en Venezuela, donde consideran que la única excusa para solidarizar con algún país es que sea víctima del imperialismo. Y muchas veces el imperialismo ha sido una forma moderna de ejercer la política”, explicó a Cambio21.

 

“Estados Unidos pasa a ser un cuco con características no políticas, sino que mitológicas. Estados Unidos es sí o sí una democracia, rara y capitalista por supuesto, pero nosotros sabemos de qué se trata cuando un gobierno como el de Trump tendrá a un secretario de Estado que dirá las cosas que dijo, que es incitar a un golpe de Estado. Por ende, no es un gobierno ni socialista ni revolucionario”, agregó.

 

Lo más complejo, recalcó el profesional, es que “está requetecontra probado por los organismos internacionales que el gobierno de Venezuela está además comprometido con el tráfico de drogas”.

 

Raya para la suma: “el PC chileno es un partido serio por su contribución a la democratización del país, pero se expone a la tontera gratis. Pudo haber sido prudente y hacerse los lesos, sobre todo en febrero”, remató.

 

 

A la inversa, Davor Mimica, analista de Red Liberal, expresó que el PC “está muy acostumbrado a esta relación internacional que tiene con sus socios en el extranjero”.

 

“Entonces, para ellos el costo de ser en Chile el ‘parias antidemocrático’, siendo que el Partido Comunista jamás ha sido democrático ni tampoco se ha dado las ínfulas de serlo por las características de su proyecto político, sería menor tras la defensa a Venezuela de Maduro, la Cuba de los Castro, Norcorea y otros casos similares”, indicó a este medio.

 

Para el investigador, “la idea internacionalista del PC los tiene como parte de una comunidad que otorga obligaciones por todas partes. Entonces, ellos lo que esperan es un ‘yo apoyo a todos mis supuestos socios en el mundo y si soy yo el que necesita apoyo, ellos me apoyarán’”.

 

¿Qué se teje a nivel local cuando parta su labor de oposición a Piñera? Según Mimica, “esto suma a la enemistad con la DC, pero no creo que sea determinante, porque ya estaba asumido. Tanto la relación entre el PC y Venezuela, que viene de larga data, como con la que sostiene con Cuba, afecta eventuales alianzas, aunque las que sí les interesan, que son con el Frente Amplio, ahí no habrá ningún problema”.

 

“El Partido Comunista podría decir: ‘para que nos invitan si saben como nos ponemos’. Es algo conocido lo que van a hacer”, concluyó.