A cuatro días de haberse iniciado el segundo gobierno de Sebastián Piñera, abundan los comentarios sobre el retraso en la elección de los últimos cargos de confianza presidencial, como son los embajadores, las secretarías regionales ministeriales (seremías), las jefaturas de servicios y los directorios de las empresas públicas, entre otros.

 

Si bien los 255 seremis serían confirmados en el transcurso de esta semana, luego de un intenso proceso de negociación al interior de los partidos de Chile Vamos, en los otros puestos abunda la incertidumbre. De hecho, en algunos organismos se señala que desde la nueva administración les han pedido a las autoridades que venían del anterior gobierno de Michelle Bachelet que se queden hasta que logren confirmar todos los espacios que siguen vacantes.

 

Más allá de los nombres, una fórmula que está siendo aplicada por la derecha consiste en traer de vuelta a varios profesionales y dirigentes políticos que ya ejercieron durante el primer gobierno de Piñera, sobre todo en regiones. Lo otro -dicen en el sector-, es que se están tomando todo el tiempo que sea necesario para no cometer errores en los nombres que finalmente serán los elegidos.

 

 

Desde la oposición las visiones son contrapuestas. Gonzalo Navarrete, presidente del PPD, comentó a Cambio21 que “si se compara esta instalación con la del 2010, la de ahora ha sido mucho más ordenada”.

 

“Hace ocho años creo que se demoraron entre un mes y un mes y medio en definir los nombramientos. En cambio, hoy los contratos en carteras como Salud, donde ya están funcionando todos los directores nuevos, habla de una situación distinta”, expresó el exalcalde de Lo Prado.

 

“Existe una fortaleza en cuanto a la forma de ver la política que en los hechos y en los dichos es mucho más amable que antes”, destacó.

 

No cree lo mismo el timonel del Partido Radical, Ernesto Velasco, otrora intendente metropolitano y subsecretario.

 

“El proceso de instalación del nuevo gobierno ha sido lento y no muy nítido que digamos, donde han llamado la atención lo que pasó, por ejemplo, con las gobernaciones, en el que no hay nada claro, y el caso particular del subsecretario de Redes Asistenciales (se designó a Gloria Burgos tras la fallida llegada de Juan Manuel Toso, que renunció luego de saberse que su hija fue beneficiada por una beca de dermatología en un hospital que era administrado por el Servicio del cual él era director). Lo del retraso en las seremías no es nada grave en todo caso”, explicó a este medio.

 

“Una cosa es hacer el balance respectivo cuando todos los cargos sean confirmados y otra muy distinta un tema que hace años que está pendiente, como es la profesionalización de la función pública. La idea es que tras cada cambio de mando solo se renueven las jefaturas para que así permanezcan los funcionarios. Lo importante es darle continuidad a las políticas públicas”, manifestó.