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Presidenta de RD diputada Catalina Pérez a Cambio21 y la idea del Gobierno de postergar elecciones: “No quieren perder las regiones que tienen intendentes designados"

Por María Cristina Prudant
 
La diputada Catalina Pérez está trabajando a full en Antofagasta en la campaña por el Apruebo y espera que los chilenos sepan elegir. A pesar de lo escaso del tiempo, conversó con Cambio21 sobre diversos temas contingentes.
Y reitera que no están para postergar la elección de Gobernadores Regionales como quiere el gobierno: "Me alegra que nos hayamos ya manifestado en el sentido contrario, que ningún sector esté disponible para el cálculo político de un gobierno que no quiere perder poder, al final, frente a las regiones", dice la parlamentaria.
 
¿Qué le parece la idea del gobierno de postergar la elección de gobernadores?
Primero decir, lo que debería ser obvio para cualquiera que es que la ley que elige por primera vez además a gobiernos regionales, debe cumplirse en forma y tiempo. Chile Vamos siempre ha querido postergar la elección de gobiernos regionales. Esto no es nuevo, ya lo veníamos escuchando desde hacía casi un año porque es evidente no quieren perder frente a las regiones que hoy día tienen intendentes designados por ellos mismos y me parece que Chile necesita democracia y descentralización, aunque eso perjudique los intereses políticos de los sectores de gobierno. Creo que las elecciones deben realizarse en abril porque la gente tiene derecho a elegir a sus representantes, de todas maneras.
¿Existe todavía la posibilidad que la oposición pueda revertir la decisión del gobierno?
Es que me parece que no están las voluntades opositoras. Toda la oposición en el más amplio arco político se ha pronunciado defendiendo el derecho de la gente a elegir a sus representantes porque finalmente eso es un desprecio por la democracia que no podemos permitir y en ese sentido a mi me alegra que nos hayamos ya manifestado en el sentido contrario, que ningún sector esté disponible para el cálculo político de un gobierno que no quiere perder poder, al final, frente a las regiones. Como país tiene una deuda tremenda con la descentralización por lo que no podemos permitir retrocesos y me parece que incluso, algunos senadores y parlamentarios de gobierno lo han entendido atreviéndose a contradecir al propio Ejecutivo en esta iniciativa, porque, de verdad, es inentendible lo que el gobierno está planteando.
Carlos Montes, uno de los posibles presidenciables, dijo que debería surgir una nueva generación, no solo en edad sino que también en trayectoria que pudieran liderar la política chilena
 
Si, primero respecto de las candidaturas presidenciales nosotros hemos decidido enfocarnos al cien por cierto, durante este período, en el proceso constituyente. El Frente Amplio hoy está preocupado de lograr un triunfo desbordante en el Apruebo y la convención constitucional en el plebiscito y me parece que compartimos esa convicción y esa decisión con distintas fuerzas de oposición. Cuando sea el momento presentaremos una candidatura presidencial propia desde el Frente Amplio y será el momento de hablar de candidaturas presidenciales. A mí me alegra mucho que surjan figuras que deseen disputar la presidencial, ojalá sean nuevas figuras también en la política. Creo que las miradas transformadoras siempre son bienvenidas y confío en que, finalmente el pueblo sabrá escoger cuál es el mejor proyecto político para Chile.
¿Ustedes están por la unión de toda la oposición para enfrentar el plebiscito y todas las elecciones que se vienen en el país?
Hoy toda la oposición está articulada y trabajando en conjunto por el triunfo del Apruebo y la convención constitucional. Nosotros hemos decidido concentrar allí los esfuerzos y no adelantar definiciones, pero sin duda el proceso constituyente mismo exige luego un ciclo de gobiernos dispuestos y capaces de implementar las transformaciones que nuestro país requiere. Eso no lo va a hacer Chile Vamos, tampoco lo van a hacer quienes tengan miedo de escuchar lo que la gente demanda. Creo que Chile necesita nuevos liderazgos y en los nuevos proyectos transformadores hay muchos y muchas.
 
Habrá que dar ese debate en el futuro, pero a mí también me parece importante recordar que ya sabemos lo que pasa en Chile cuando se generan acuerdos por la mera necesidad de distribuir poder, alcanzar el poder o cuando se impostan posiciones sobre las que no se tienen una convicción real. No estamos disponibles ni para lo uno ni para lo otro y ojalá los partidos tradicionales deseen empujar ahora lo que no estuvieron disponibles a construir ayer. Nosotros vamos a avanzar con las ideas del pueblo y con quienes estén disponibles a hacerlo, bienvenidos.
 
¿En cuanto a las propuestas en el plano constituyente, debate que se va a iniciar, que nos puede informar?
Hay dos cosas pendientes; una son los escaños reservados, los pueblos indígenas deben estar debidamente representados en la redacción de la nueva Constitución, entonces estamos haciendo un llamado sobre todo al Senado y esperamos que prime lo que han planteado los pueblos indígenas y que tengamos escaños para los nueve pueblos reconocidos y esperamos lograr sumar al pueblo chanco que está en proceso de reconocimiento. Y por otro lado, es necesario que inicie un debate y una reflexión en los partidos tradicionales y nuevos como el Frente Amplio respecto al tipo de Estado que nos estamos imaginando. Nosotros nos hemos planteado ese debate porque queremos comenzar a pensar como construimos un Estado garante, emprendedor, moderno, un Estado de bienestar 3.0 que sea capaz de hacerse cargo de las necesidades de la gente, que se produzca riqueza para los chilenos, que reparta bien la torta, que no tema cobrar impuestos. Ese debate es importante, la pandemia ha dejado muy a la vista la necesidad de construir un Chile distinto.
Sobre el plebiscito, la derecha ha usado todo tipo de subterfugios para impedirlo. Y en este marco irrumpió Pablo Longueira de vuelta a la política. ¿Qué opina usted al respecto?
Primero me parece que la figura de Pablo Longueira, es una muestra muy clara de la decadencia de la política chilena y de la derecha. Quienes administraron Chile los últimos 30 años no tienen capacidad de canalización del descontento, pero la derecha no puede defender sus ideas públicamente porque no hacen sentido. Muestra de ello es Lavín declarándose socialdemócrata o Longueira y Kast anunciando que van por el Apruebo. O sea, una derecha que no es capaz de defender sus ideas porque no hacen sentido en la población, habla de un gobierno que está sumergido en una profunda crisis y me parece que en ese contexto este gobierno pasó de la irrelevancia a ser recordado como uno de los mayores violadores de los derechos humanos.
 
Este gobierno pretendió acabar con el descontento cegando a un país entero y hoy es un gobierno sin grandes agendas, aferrado a un poder que ya perdió, que pelea con el Congreso, en vez de retomar el liderazgo, que no cuenta con respaldo ciudadano, no tiene coalición ordenada que lo soporte, no entiende qué hay que hacer porque no conoce el Chile real. Me parece que la reaparición de figuras como Longueira da cuenta de eso, de cómo el gobierno políticamente se acabó. El problema es que gobiernan un año más, entonces terminó trasladándose al Congreso.
 
¿Usted vislumbra alguna posibilidad de repuntar del gobierno?
Yo creo que no porque el proceso político va a estar marcado por el proceso constituyente. Creo que el plebiscito logra producir la esperanza que no nos entrega el gobierno y que necesitamos tan desesperadamente para salir de la pandemia. La rabia que produce un gobierno que menosprecia las necesidades de su gente. Un ministro que cree que en Chile se vive con 320 mil pesos, la indolencia con que siguen actuando frente al trabajo informal o la ceguera para abordar la situación de las pymes. La constatación de que, finalmente la dignidad es inconstitucional en nuestro país. Ya no le creemos ni confiamos en el gobierno. Confiamos en el pueblo y en su capacidad de reescribir la historia. El pueblo ante la crisis del hambre se puso a hacer ollas comunes y esas es, en el fondo, la reedición de este Chile nuevo que tiene que nacer, donde quepamos todos, donde se acabe el abuso finalmente.
 
Para reconstruir el país después de la pandemia se necesitan grandes liderazgos. ¿Cree usted que existen esos liderazgos en el país?
A mí me parece que, en primer lugar, la idea de la oposición no logra capitalizar el descontento del gobierno por un motivo muy simple que es que no son 30 pesos son 30 años. Era verdad. O sea, imposible olvidar que cimentaron el progreso sobre la deuda, si el CAE, las concesiones, las concesiones de las cárceles, los hospitales, las carreteras, de las playas, del agua son de Lagos. Frei privatizó las sanitarias, la energía. Son 30 años de política que nos dejan como uno de los países más desiguales del mundo, con mayores niveles de concentración de la riqueza. Entonces, la crisis no es solo del gobierno, es mucho más profunda y hay una responsabilidad compartida como algunos administraron el modelo los últimos 30 años.
 
La corrupción, hizo en gran parte que perdiéramos la confianza en las instituciones del Estado. Penta, Corpesca, Soquimich hicieron que perdiéramos la confianza en la política. Entonces, el gobierno de Piñera vino a sembrar una crisis, pero que se venía gestando hace mucho tiempo y ahí creo que solo el Frente Amplio puede enfrentar, sin una tremenda mochila de la que hacerse cargo, este proceso histórico.
 
¿Me imagino que ustedes entienden que para eso tienen que entrar en un proceso de madurez y de conciencia muy importante?
Si, a mi me pasa que creo estamos en un momento de una suerte de vacío de conducción, de claros oscuros dirían algunos porque crean ministerios en Chile y los últimos 30 años no tienen capacidad de canalización del descontento ciudadano. La derecha no puede defender sus propias ideas y el Frente Amplio es una coalición naciente, es fruto de este mismo proceso de acumulación de malestar. Nosotros convocamos a marchar el 2016, nos formamos en la calle el 2011. Entonces, somos parte de una generación nacida en democracia que exige mucho más de lo que fue capaz de darnos el pacto transicional. Creo que estamos en ese claro oscuro donde dirían algunos lo viejo se resiste a morir y lo nuevo no termina de nacer, dicen por ahí y ahí es donde surgen los monstruos.
 
Uno de los últimos errores del gobierno fue el paro camionero. ¿Qué opina al respecto?
Fue una vergüenza nacional, por lo mismo hemos decidido como oposición mantener la acusación constitucional contra el ministro Pérez. Además, un ministro que ha acentuado el conflicto existente en el Wallmapu y cuyo manejo y complicidad con el gremio de camioneros de la familia Angelini, dejó sin alimentación, sin insumos médicos, en plena crisis social y sanitaria a gran parte de la población. Eso no puede pasar en el país y el gobierno hoy día no está protegiendo a las familias. Además, oficiamos como Frente Amplio a distintos ministerios para conocer cuánto le va a costar a los chilenos y chilenas el acuerdo millonario alcanzado entre el gobierno y los camioneros.
 
Es sorprendente la contundencia con que este gobierno responde a las demandas de, generalmente quienes comparten su agenda política. Mientras que a las y los trabajadores se les ha abandonado completamente durante esta crisis. No, es una vergüenza nacional, es una situación que no puede permitirse. A mí me alegra mucho que la oposición haya actuado con decisión en esta materia y ha decidido no permitir, en el fondo, que esto quede impune.
 
Carabineros privilegiados: bonos, impunidad
 
¿Qué le parece que el gobierno haya decidido entregarles bonos a carabineros y a gremios como el de la salud no se le ha dado nada?
Uno ve el contraste con un gobierno que ha sido incapaz de brindar lo mínimo a trabajadoras y trabajadores de la salud, que ha sido incapaz de fortalecer la atención primaria protegiendo a los trabajadores y trabajadoras, un gobierno que ofrece un reajuste cero frente al sueldo mínimo de los trabajadores del país. Es el mismo gobierno que entrega este tipo de bonos a carabineros, donde además no se han establecido las responsabilidades por los crímenes atroces que se cometieron en nuestro país, pretendieron acallar el descontento cegando Chile y eso no lo vamos a olvidar. Y hay un proceso criminal contra toda la línea de mando del ministerio del Interior, del Presidente hacia abajo pendiente en los tribunales de justicia y a esos mismos carabineros hoy día se les premia, Mientras al resto se les castiga, mientras a los funcionarios de la salud no se les reconoce. Entonces, ese tipo de discurso y de prioridades es lo que, finalmente se vuelen incomprensibles para cualquier observador medianamente objetivo. Es incomprensible el tipo de criterio que aplicaron.
 
Y la defensa del capitán Maturana que dejó ciega a Fabiola Campillai consigue revocar la prisión preventiva y lo mandan a su casa con arresto domiciliario. ¿Cuál es su opinión en este caso?
No se entiende la impunidad con que se actúa en este país, la impunidad con que se violan los derechos humanos nos hace recordar los peores capítulos de nuestra historia reciente. Este tipo de acciones no pueden quedar impunes, las responsabilidades políticas judiciales y criminales en algunos casos de quienes han cometido este tipo de delitos no pueden quedar así. No lo digo solo en términos de las responsabilidades individuales de algunos carabineros, lo digo en términos de responsabilidad de la institución, de las fuerzas de orden y de seguridad que en Chile no cuentan aun con una revisión, una reestructuración, con protocolos adecuados a parámetros mínimos de derechos humanos. Frente a esto nos queda muchísimo por avanzar.
 
Respecto a la ley de inteligencia, la derecha critica a la oposición por no legislar en esa materia. ¿Cuál es su postura?
Es un proyecto de ley de inteligencia que entrega más atribuciones a los organismos de orden y seguridad y a los organismos de inteligencia que, lamentablemente entrega herramientas para criminalizar y perseguir a la dirigencia social. Herramientas para criminalizar la protesta social, en un contexto en donde las violaciones a los derechos humanos ocurridas a partir del 18 de octubre aún no se esclarecen. En qué país cabe que mientras no exista verdad, justicia y reparación estemos entregándoles aun más atribuciones para el ejercicio de facultades discrecionales de un Presidente que ha sido cómplice de la violación sistémica de los derechos humanos o fuerzas de orden y seguridad incapaces de reconocer su responsabilidad. Es incomprensible que cualquier sector esté abierto a respaldar una nefasta ley como esta. Que el propio gobierno tenga la desfachatez, en este momento, empujar este tipo de reformas.