Para inicios de 2018 se pospusieron las conversaciones relacionadas con las mesas directivas de la Cámara de Diputados y el Senado por los próximos cuatro años, como asimismo las jefaturas de las distintas comisiones legislativas de ambas corporaciones.

 

Por un lado, en Chile Vamos miran hacia el centro para intentar llegar a un acuerdo de “gobernabilidad”, por el otro, en la izquierda buscan la manera de tender puentes tras la derrota presidencial para así lograr establecer una oposición unida contra la derecha.

 

Entre medio está el hecho de que mientras no comience la segunda administración de Sebastián Piñera poco se puede adelantar.

 

 

¿Hay opción de unir a la centroizquierda, o lo que queda de ella, con el Frente Amplio y sus 20 diputados? Raúl Leiva, diputado electo del PS, señaló a Cambio21 que “la presidencia de la Cámara y de las comisiones representa un esfuerzo de unidad que todos los partidos progresistas y de izquierda deben desarrollar para ejercer una adecuada oposición”.

 

 

“Estas negociaciones que llevan adelante las bancadas y directivas de cada uno de los partidos deben ser fundamentales para establecer una fuerte oposición que fiscalice y sea constructiva, pero que también desarrolle el quehacer del sector”, agregó.

 

“Hay que defender los avances que en materia de derechos sociales se han logrado. Esa es la agenda temática que le compete a la izquierda en Chile. Se habla mucho de gestos y más que gestos es parte del propio ejercicio democrático sentarse, conversar y dialogar a partir de las legítimas diferencias, pero entendiendo que la principal diferencia la tenemos con la derecha. Eso hay que reivindicar con los puntos en común que nos unen”, explicó.

 

 

Con el número de escaños que eligió la derecha en 2017 no le alcanza para generar mayorías. Por lo mismo, el objetivo es llegar a humo blanco con los sectores moderados de la DC que se oponen a pactar con la izquierda y el PC.

 

Para Leopoldo Pérez, diputado reelecto de RN, “no estamos en presencia de una simple pelea de partidos políticos que quieren un botín. Al gobierno de turno se le hace más fácil poder tramitar los proyectos de ley si el presidente de la Cámara es del mismo signo político”.

 

 

“El presidente ordena, sistematiza y operativiza el trabajo legislativo. El ejemplo vivo lo tenemos en este gobierno, dado que los presidentes de las dos cámaras participaban en las reuniones de comité político de La Moneda, lo que fue una exageración grave”, indicó a este medio.

 

¿Cruzar la vereda? “Como sociedad tenemos que darle gobernabilidad al país. Y como no hay ningún sector con mayoría absoluta se va a tensionar el trabajo legislativo. Por eso que se requieren pactos de gobernabilidad. Y eso apunta Chile Vamos, en tener acuerdos, pero sin cortarnos las venas, con sectores más democráticos y lejos de la ultraizquierda por el bien del país y lejos también de las prebendas pequeñas y electorales momentáneas”, expresó el parlamentario.

 

 

Patricio Gajardo, analista y cientista político, opta por la mesura. “No sé hasta qué punto (la negociación parlamentaria) vaya a ser un indicador tan claro sobre cómo viene la mano para la construcción de pactos a futuro”, nos dice de entrada.

 

“El nivel de fragmentación y el big band de los partidos se está produciendo. Por lo tanto, no sé si será un reflejo de una política consistente a mediano o largo plazo de los distintos referentes”, manifestó.

 

En su opinión, “veremos una decisión administrativa que no va a entregar luces claras sobre formación de bloques o estrategias de bloques. Además, que falta el imput del gobierno de Piñera para ver si este tema de las presidencias de las dos cámaras estructuran la oposición”.