Tanto la primera exposición del ministro de Educación, Gerardo Varela, en la respectiva comisión de la Cámara de Diputados, como la decisión de la ministra de Transportes, Gloria Hutt, de declarar “desierta” la licitación del Transantiago, marcaron los primeros dimes y diretes entre el gobierno del Presidente Sebastián Piñera y la oposición de centroizquierda.

 

En la sesión legislativa que se efectuó el pasado martes en Valparaíso, el secretario de Estado fue bombardeado con emplazamientos por parte de los legisladores Camila Vallejo (PC), Gonzalo Winter (MA), Juan Santana (PS) y Camila Rojas (IA), donde lo más llamativo fue el llamado a “caminar y mascar” chicle que efectuó la militante comunista respecto a la implementación y la supervisión de la reforma educacional.

 

En respuesta, Varela anunció la revisión de las dos últimas leyes presentadas por la administración de Michelle Bachelet, lo que fue defendido por los diputados de Chile Vamos Jaime Bellolio, María José Hoffmann y Diego Schalper.

 

Por otro lado, la determinación de la titular del MTT generó la reacción de diversos parlamentarios socialistas y PPD, como Carlos Montes, presidente del Senado, Juan Pablo Letelier y Guido Girardi, quienes se habían reunido previamente con la autoridad para pedirle que continuara con la licitación. “El gobierno empieza mal. No tiene mayoría en el Senado y en la Cámara. Cuestionaron la idea de la retroexcavadora, pero parece que le gusta usarla”, alegó Girardi.

 

Cabe mencionar que los exministros de Transportes Andrés Gómez-Lobo y Paola Tapia también cuestionaron la medida impuesta por Hutt.

 

 

Kenneth Bunker, analista y cientista político, manifestó que todavía estamos en la “luna de miel” más allá de estas primeras escaramuzas protagonizadas entre la derecha y la oposición.

 

“Yo no estoy completamente convencido de que se haya acabado. Las lunas de miel duran un poco más; diría que aún queda bastante. Lo que vemos son confrontaciones entre dos bandos que son distintos, pero que tampoco son tan marcados. De hecho, en el Transantiago, no hay una gran diferencia. Una de las tareas de un gobierno que entra es marcar los puntos con el gobierno anterior, donde claramente van a haber espacios entre los que salen versus los que entran”, comentó a Cambio21.

 

“El Transantiago es un tema complejo. Por ejemplo, Iván Poduje, que fue asesor de Ricardo Lagos Escobar, defendió en Twitter la decisión del gobierno. Y eso demuestra que todas las cosas que está haciendo Piñera no necesariamente las hace porque antes las hizo Michelle Bachelet. Simplemente se trata de cosas que se pueden hacer mejor. Por eso que hay grupos personas que están dispuestas a colaborar con este gobierno”, agregó.

 

A juicio del académico de la Universidad Central, “mientras Piñera se mantenga siendo crítico y constructivo va a encontrar la misma respuesta en la vereda del frente”.

 

“No creo que el ambiente se haya puesto agresivo. El nivel de confrontación es normal y está dentro del marco de lo que todavía podríamos llamar una luna de miel”, remarcó Bunker.

 

 

Por su parte, Axel Callís, sociólogo y experto electoral, tilda de normal las primeras dos semanas de relaciones entre oficialismo y oposición en el Congreso.

 

“No sé si hay quiebre, lo que se ve son los ajustes necesarios que no indican absolutamente nada. Cuando entró el gobierno de Bachelet (2014) también le echó abajo algunos proyectos de Piñera. Así que es natural que eso ocurra. Es prematuro todavía”, indicó a este diario.

 

¿Ni siquiera cuando el ministro de Educación, Gerardo Varela, afirma que el tiempo de las marchas se terminó y además juega con ironías respecto al ‘bullying’ estamos hablando de toreos hacia la centroizquierda?

 

Según el analista, “es una etapa normal cuando los ministros debutantes empiezan a hacer vocerías y a hablar tonteras. Por eso no hay que darle mayor importancia”.

 

“El gobierno ha demostrado cierta predisposición, pero ninguna carta todavía. Los ministros nuevos al principio leen, después improvisan y al final les queda la escoba, pero no indica nada. Están tomando la temperatura del agua no más”, remató Callís.