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A propósito de la muerte del afamado cineasta Jean-Luc Godard: Qué países han decidido legalizar el suicidio asistido o eutanasia


“Ahora por fin soy libre y puedo volar donde quiera”. Esto es lo que hace algún tiempo escribió Federico Carboni, en la foto, antes de poner fin a su vida. Este italiano de 44 años llevaba 12 años inmovilizado, tras un accidente.

Y hace pocos días, el afamado director de cine franco-suizo Jean-Luc Godard, murió por un suicidio asistido en Ginebra. Tenía 91 años y con varias enfermedades.

Según una organización local de defensa del “derecho a morir”, es el primer caso de suicidio médicamente asistido en Italia después de que el Tribunal Constitucional italiano abriera la puerta a esta práctica en 2019.

El último estado federal de Australia en autorizar el suicidio asistido ha sido Nueva Gales del SurEnlace externo. La ley se votó en mayo y cuando entre en vigor —algo que podría tardar unos 18 meses— las personas adultas con enfermedades incurables podrán acabar con su vida de manera legal también en este país.

También en mayo se dictó un fallo revolucionario en ColombiaEnlace externo: el primer país de América Latina en el que el Tribunal Constitucional es favorable al suicidio médicamente asistido.

Y en Europa

Europa sigue la tendencia. Y desde enero las personas que padecen enfermedades incurables pueden optar por el suicidio asistido en la vecina Austria.

 Austria adoptó esta medida después de que en 2020 el Tribunal Constitucional del país dictaminara que prohibir el suicidio asistido iba contra el derecho a la autodeterminación. La ley limita el acceso a esta práctica a las personas mayores de 18 años.

 A pesar de la fuerte oposición de los partidos de derecha y de la Iglesia, España también legalizó el “derecho a morir” el año pasado. Y, al legalizar también la eutanasia activa directa, ha ido aún más lejos.

Normas duras

En la actualidad diez países permiten el suicidio asistido. Además de en España, la eutanasia activa directa está permitida en los Países Bajos, Luxemburgo, Bélgica, Canadá y Colombia.

Sin embargo, las personas que desean acabar con su vida se enfrentan a muchos obstáculos antes de poder beneficiarse de esta ayuda. En la mayoría de los países en los que el suicidio asistido está permitido, este se limita a las personas adultas que padecen una enfermedad incurable. Solo los Países Bajos y Bélgica contemplan el “derecho a morir” también para las personas menores de 18 años.

Asimismo, el suicidio asistido está muy limitado en casos de enfermedad mental. Y es que un trastorno mental no se considera como una enfermedad que amenaza la vida. Por lo que, en muchos países, la capacidad de discernimiento es una condición previa para el suicidio asistido. Canadá será uno de los pocos países que —a partir de 2023— permitirá el suicidio asistido también a las personas con enfermedad mental.

Activismo de Dignitas

Esta tendencia la han alimentado las campañas a favor del “derecho a morir” y la opinión pública. Una encuesta realizada en España dos años antes de su legalización mostró que —a pesar del fuerte componente católico del país— la mayoría de las personas estaban a favor del suicidio asistido.

La organización suiza de suicidio asistido con sede en Zúrich, Dignitas, no es ajena a la evolución jurídica en el extranjero en este ámbito, donde la organización ofrece asistencia jurídica, sobre todo en los países de habla alemana.

La decisión del Tribunal Constitucional austriaco ya mencionada, por ejemplo, tuvo su origen en un recurso presentado por Dignitas a través de un bufete de abogados vienés que impugnaba la constitucionalidad de las disposiciones penales austriacas sobre el suicidio asistido.

Hace dos años, la organización suiza también estuvo detrás de una sentencia en Alemania. El Tribunal Constitucional Federal dictaminó que prohibir el suicidio asistido violaba la Constitución. El caso fue presentado por Dignitas y Dignitas Deutschland, con sede en Hannover.

Dignitas presentó una demanda similar en Francia el año pasado. Se espera que el tribunal tome una decisión en breve.

Prestar asistencia jurídica en el extranjero es una de las principales tareas de Dignitas, cuyo objetivo —según el sitio web de la organización— es promover la legalización del suicidio asistido en todo el mundo para que estas personas no tengan que viajar a Suiza.

Del mismo modo, Dignitas está haciendo campaña para que el suicidio asistido se implante en el sistema de salud y sea un servicio médico más.

Sin embargo, tal y como en 2018 Dignitas reconoció a swissinfo.ch, el impulso debe venir de dentro del país. “La iniciativa para el cambio proviene fundamentalmente de las personas, de manera individual, y de las organizaciones de los respectivos países”.

Dignitas: proselitismo del suicidio asistido en el extranjero

Este contenido fue publicado el 14 nov. 201814 nov. 2018 Dignitas sostiene que en muchos lugares del mundo las élites políticas y religiosas no respetan la voluntad del pueblo.
En muchos países sigue siendo tabú
No obstante, el suicidio asistido y la eutanasia activa directa siguen siendo tabú en la mayoría de los países.

El pasado mes de noviembre, el Parlamento de Portugal aprobó una ley que legaliza el suicidio asistido para las personas con enfermedades terminales y discapacidades físicas graves. Sin embargo, el presidente Marcelo Rebelo de Sousa vetó la ley. El Parlamento entonces adoptó un nuevo proyecto para legalizar la eutanasia activa directa, pero tardará algún tiempo en aplicarse.

La oposición de las Iglesias sigue siendo fuerte. A principios de febrero, por ejemplo, el papa Francisco condenó el suicidio asistido como una desviación inaceptable de la ética médica. “Debemos acompañar en la muerte, no provocarla, ni apoyar ninguna forma de suicidio”, dijo.