Por Luis Casanova R.
Gloria Münchmeyer es lo más parecido a Meryl Streep que tenemos a este lado del globo. Versátil, se pasea por la comedia, el drama y los roles de malvada y heroína como Pedro por su casa.
Si vio “La Madrastra”, “Ángel Malo”, “Los Títeres” y “Mediomundo” sabrá de lo que estamos hablando.
En entrevista con Cambio21, la actriz se refirió al tema del momento, el acoso en el cine y la televisión, como también de las “paradas de carro” que se han acrecentado con el tiempo para todos aquellos que quieren pasarse de listos.
¿Volverá la cordura?
“No hay sindicatos fuertes”
- ¿Cómo percibe la intensa agenda mediática que gira hoy en torno a la mujer? Todos los días aparecen temas nuevos; femicidios, acoso sexual, cierres de concursos de belleza y programas de TV como el que conduce en Chilevisión.
- (Murmura fuerte dos veces) Mira, como siempre estos movimientos son agudos -usando un término razonable-, existen algunos excesos pienso yo, pero no importa. Lo relevante es llamar la atención sobre el tema y estudiar el por qué. A mí me interesa saber qué es lo que está pasando y por qué se producen los femicidios en una forma tan terriblemente cotidiana en este país. Se trata de ahondar en la problemática social y conductual del chileno, que es terriblemente misógina y muy machista, saber el por qué está tan instalado, de dónde viene, por qué se sigue pensando así y qué estamos haciendo las mujeres con nuestros hijos, te fijai. Esto no es una cosa que aparezca de repente. Se forma desde que los niños son chicos.
- Usted trata a diario con hombres, en su trabajo y en los demás aspectos de la vida. ¿Se habla de esto, hay debate o todo queda en bromas respecto al actuar masculino? ¿Hemos evolucionado algo que sea?
- Entre los actores, sí. Generalmente tú ves en los ambientes artísticos, teatro, cine, pintura, música, etc., que siempre se trabaja colectivamente entre mujeres y hombres. Entonces, no es un nicho específicamente machista. No lo es, porque la formación nuestra es a través de la sensibilidad sobre los seres humanos. Por lo tanto, no hay jerarquías, somos todos iguales y por supuesto que, a veces, se nos escapa de las manos la cuestión mediática sobre las diferencias de sueldos. Acá se supone que a los hombres los ven más las mujeres y que las mujeres ven más televisión que los hombres. Entonces, ahí tenemos un problema (ríe) que estamos tratando de que se regule más la distancia que hay.
- ¿Esto cae en lo sindical, en el sentido que los actores se sienten a conversar y a exigir cosas, o solo es un debate político?
- Yo creo que es un debate político y que es un área muy jodida. La unión sindical en Chile, el menos de parte de los actores, es débil, en el sentido de que no podemos parar la industria. Siempre que hacemos una huelga… nunca nosotros hemos logrado la unión. Además que en este país no hay sindicatos fuertes tampoco. Cada uno se rasca con sus propias uñas y al final Chile Actores, que se hizo justamente para respetar los derechos sobre las creaciones artísticas, ha logrado leyes que hagan tutelar esos derechos, pero no en términos de paralizar la industria.
“Somos muy choritas”
- Estados Unidos nos sorprendió con todas las denuncias de acoso sexual que se efectuaron en contra de grandes figuras de Hollywood. No sabemos si eso ha pasado en Chile. Como sea, ¿es tan recurrente el acoso en el contexto general de las grabaciones, los directores, los productores y los actores?
- Personalmente, yo no conozco. Entiendo que hay una diferencia muy grande entre la realidad chilena y Hollywood. Hagamos la distinción. Aquí somos una aldea. La industria televisiva nuestra es muy pequeña y todos nos conocemos. Así que al nivel de Hollywood no conozco que se haya producido algo. Seguramente se ha producido, pero te digo no al nivel de lo que se está denunciando allá (EEUU). Ahora, yo creo que es malo profitar de ciertas posturas y grados de poder que puede tener alguna persona. Pero que yo sepa, no ha pasado, al menos en el ambiente actoral… ¡no, si somos muy choritas nosotras las actrices!
- A la primera insinuación al tiro paran los carros. ¿O no?
- Yo creo que sí, fíjate. Yo no pongo las manos al fuego por otros ambientes como el musical, el modelaje y la parte publicitaria. No conozco esos medios.
- ¿Qué opina de lo que dijo Brigitte Bardot sobre que había actrices que de una forma u otra incitaban a los cineastas para obtener un papel?
- Lo que pasa ahí es que en Europa se inició un manifiesto en el que está Catherine Deneuve (que critica el “puritanismo sexual” que plantea el movimiento #Metoo), el cual pone los puntos sobre las íes y que dice que “paremos” y “chanta la moto”. Lo que me parece más claro a mí es que en la industria norteamericana y en Hollywood se han producido estas cosas y no creo que sea extensivo a Europa y Latinoamérica. Entonces, entrar a picar finito que si le coqueteaste a un productor para que te contrate o que sedujiste a alguien para que ese alguien te acepte… pero seducirlo en buena y que el otro responda hasta cierto límite, no sé. ¡Esas cosas son realmente muy delicadas de determinar! Cada persona sabe hasta dónde se puede llegar. Ahora, si existe extorsión, en el sentido de que un productor diga que “si no me voy contigo a la cama no tendrás el papel”, y si, además, esto no solamente está dicho o necesariamente no está dicho, pero se percibe, está muy mal. Igual yo entiendo que hay mujeres que no acceden a eso.
El fraude
- Hace poco la vi en una entrevista en Canal 13, donde se refirió a la querida sección “La Vicky y la Gaby” (que protagonizó con la fallecida Rebeca Ghigliotto). ¿Existe la posibilidad de volver a verla en un papel como ese o actuando en roles más humorísticos?
- Mira, lo que pasa es que el mundo cambia y el humor está concentrado en el stand-up comedy y en los contadores de chistes. Por otro lado, el fenómeno de “Mediomundo” también fue bastante aislado, incluso para su tiempo. Mucha gente lo encontraba un programa épico, absurdo y negro también. Pero era el momento para consumir eso, aunque me carga la palabra consumir. La gente estaba dispuesta, en esa época, a aceptar el humor y apreciarlo y volarse con el estilo de Andrés Rillón, por ejemplo. Ahora estamos en otra época y no creo que se pueda repetir lo mismo. Tendría que ser otro tipo de humor. Y ese humor generalmente se produce socialmente, no es que a alguien se le ilumine la ampolleta y diga: “voy a hacer esta cosa tan estrambótica”. Todos los fenómenos son productos sociales sobre lo que está pasando en el aire. Entonces, ahora yo no veo el nicho para producir ese tipo de programas de humor. Lo veo muy concentrado en otras cosas.
- ¿Y ni siquiera da para un F5 para actualizar los contenidos y el contexto de hoy con las redes sociales y los esclavos que somos del teléfono celular?
- Claro, pero eso se está dando en ese plano (stand-up) y entiendo que en el teatro también, pero en televisión no poh. Además que la tele está muy jodida en ese sentido. Tienen que hacer cosas que estén probadas, pero como generalmente siempre andan con problemas económicos no se arriesgan. Por supuesto que presentar algo nuevo es un riesgo y no sé si los canales están dispuestos a correrlos. Según ellos están muy mal.
- Hasta los reality shows salieron de pantalla. Este verano no hubo ninguno y eso que era el gran producto de los medios. ¿Igual es un aporte verdad?
- A mí me parece fantástico que no hayan más reality shows (ríe fuerte). Es que eran un fraude. Mentirosos. Todo mentira. A mí me bastaron algunos capítulos para captar que todo era una mentira.
- Solo se mostraban antivalores, copuchas, cagüines e intrigas.
- Habrá gente que le interese eso, pero a mí personalmente no. Con decirte que… mejor no te voy a decir.
- Dígame no más.
- ¡Nooo, Nooo! Después pones la cuña (frase) ahí como si fuera algo tan importante. No tiene ninguna importancia lo que a mí me gusta o no me gusta.
- Pucha. Me va a dejar intrigado.
- (Ríe fuerte). Así será.
El palo al gato
“El teatro ha tenido un gran auge en los últimos años. Hay una obra que se dio todo en 2017 a sala llena. Ahora en el verano volvió a reponerse y las entradas están compradas hasta marzo. Se llama “Los vecinos de arriba”. Es una comedia en la que trabaja Luciano Cruz-Coke, Mónica Godoy, Cristián Riquelme y Catalina Guerra. Y nadie habla de eso cuando es increíble que todas las funciones estén llenas. El tema es darle el palo al gato; comedia, pero con contenido. Eso completa las salas. Por eso que no podemos decir que no hay público para teatro. Hay gente para las buenas obras que te hacen reír, llorar y pensar. Y ojo que ninguno de los actores está en televisión, salvo Riquelme, que fue Tarzán en un musical. Pero Riquelme no es un (Álvaro) Rudolphy o un (Jorge) Zabaleta. Es Riquelme. Es el comentario y el boca a boca lo que atrae a la gente”.
Agenda
“Historias del Alma”
Programa de Chilevisión en el que “anuncio películas dirigidas a la mujer, muy bien elegidas, que se proyectan en la tarde (de lunes a viernes), donde introduzco a la audiencia en el tema y después las engancho con el programa que viene”.
“Tío Vania”
Obra de Anton Chejov “que ya estrenamos el año pasado, con una temporada muy chiquita en Copartes, pero que ahora vamos a reestrenar en el teatro de la Universidad Católica de Plaza Ñuñoa, que es una sala caliente”. En el reparto está Marcelo Alonso, Antonia Santa María y Antonia Zegers.
“Villa El Dorado”
Largometraje que “esperamos reiniciar a mediados de 2018”. Es la “ópera prima de un cabro joven que estamos ayudando con Sergio Hernández”.
“Los calzones rotos”
Película de época, “una parte de 1920 y la otra de 1050”. Es una producción chileno-argentina que “ojalá se estrene entre marzo y abril y que hicimos en el invierno de 2017, en el campo. Está dirigida por Arnaldo Valsecchi y producida por sus hijos, que también son cineastas y que son una maravilla. La historia está basada en un libro”. Actúan Patricio Contreras, Julio Jung y Catalina Guerra (su hija), “que hace el mismo personaje que yo pero cuando joven”.