Oh I'm just counting

Atrevámonos a coincidir. Por Miguel Salazar B., Analista Político, Consultor

Desde el 11 de marzo del año 2018, el país ha vivido la experiencia de un segundo gobierno de derecha. Llegamos a esa realidad producto de la falta de voluntad y liderazgo en la centro izquierda.

Durante estos años hemos vivido en primer lugar el accionar ineficiente de un gobierno que llevó a un levantamiento popular espontaneo de la gente exigiendo cambios profundos en lo político, social y económico. 

Gracias a esa expresión de la ciudadanía se logró avanzar en varios temas, que producto de los enclaves autoritarios aún existentes en la actual constitución, habían impedido su concreción.

A eso debemos agregar la pandemia que ha dejado al descubierto las carencias de nuestra sociedad con su gente y la ineficiencia de un gobierno indolente con las necesidades más inmediatas de los chilenos.

Nadie puede negar que Chile vive hoy un momento crítico en su estabilidad, desarrollo y paz social.

Esto nos exige a todo la centro izquierda saber comprender con generosidad el actual momento político y social y buscar los caminos que logren avanzar en objetivar la solución a los temas más urgentes y pendientes y demostrar que se tiene la capacidad y voluntad de comenzar a construir un Chile diferente y más equitativo al que hoy tenemos.

Hoy vivimos una situación de emergencia nacional.

 Es un momento épico, similar al vivido al recuperar la Democracia.

 Los sectores progresistas tienen dos grandes desafíos en el corto plazo: Saber dar respuesta a las necesidades más urgentes de la gente y buscar el máximo de acuerdos que permitan construir una institucionalidad realmente democrática.
El próximo gobierno no será aquel que construya nuestro ideal histórico. Sera el que asegure la implementación de lo definido por los chilenos en el marco constitucional y quien ejecute las medidas, reformas y cambios necesarios para ir normalizando el país después de esta emergencia que aun vivimos.

El próximo gobierno será quien implemente la transición definitiva en esta democracia que requiere fortalecerse y dar un nuevo horizonte a su gente.

Es una tarea común, en torno a principios universales sin ideologismos y visiones partidistas.

Esta segunda transición requiere del compromiso de todos.  De saber abandonar la calculadora partidista y priorizar aquellos elementos y objetivos comunes que además representan el sentimiento de los ciudadanos.

Este desafió requiere avanzar en definir en forma objetiva las prioridades del actual momento político, de acuerdo a las prioridades que la ciudadanía ha venido expresando. Tener la capacidad y voluntad de saber identificar en forma objetiva lo más urgente e inmediato en lo social y político y por sobre todo asumir con realismo lo que se puede hacer en un gobierno de cuatro años que debe normalizar el país y dar inicio a una nueva convivencia nacional.

El desafío de los políticos de centro izquierda es saber avanzar en buscar esos acuerdos que permitan a los chilenos mirar con mayor confianza el futuro del país y tener la tranquilidad que la política chilena comienza a recuperar su verdadero deber ser.

Es la hora de los acuerdos, del entendimiento, de la unidad. De pensar en que se requiere de un buen y solido gobierno que piense en cómo dar inicio a esta nueva etapa de Chile.

No es el momento de los proyectos histórico, de los ideologismos excluyentes, del sectarismo, de los testimonios sin sentido, de la política de salón, de la competencia desbocada, del egoísmo y del individualismo político que solo nos ha llevado a vivir el peor momento de la centro izquierda en los últimos 30 años.

Al contrario, es el momento de la generosidad, del acuerdo, de entender que hoy se requiere vivir esa segunda transición con un solo espíritu: Compromiso con el desafío que viene y voluntad de ganar la confianza de la gente para logara avanzar en asegurar los cambios constitucionales políticos y sociales que Chile requiere y que ha esperado por largos años.

Hoy tenemos la oportunidad que no existió en estos 30 años.

 No es el momento de preguntar a nadie de donde viene.
Es el momento de invitar con generosidad y compromiso a todos los que estén dispuestos a asumir en forma seria y muy responsable un desafío común por los próximos cuatro años :  dar a Chile un gobierno de transición y de emergencia nacional que tenga como  grandes  objetivos  terminar con el desastre que la derecha ha dejado, dar los primeros pasos para normalizar la vida del país en aquellos temas que sabemos son la inquietud mayoritaria de la gente y que se han visto agudizados en estos años, normalizar el funcionamiento del país post pandemia y dejar al Chile  en condiciones de comenzar su marcha, post transición,  hacia los caminos que se definan por la ciudadanía para  el futuro.

Es el momento ideal para avanzar en comenzar a construir una “patria para todos”.