Por un tiempo olfateó que algo revolucionaba el género tropical y notó que su popularidad no era menor. En 2009, Mauricio Jürgensen (Viña del Mar, 1974) apostó por escribir una crónica en el diario La Tercera, para contar cómo era estar un día en la vida de un artista llamado Américo, otrora integrante del grupo Alegría, que a finales de los '90 logró notoriedad en la música sound con un canción que todavía suena en una que otra fiesta o "carrete": "Mujeres y Cerveza".
En septiembre del año en cuestión, el periodista acompañó al cantante a San Fernando, región de O'Higgins, para verlo actuar al cierre de la inauguración de un nuevo local comercial. Un año antes, el músico ariqueño había lanzado A morir (2008), su segundo disco solista -un trabajo donde se encuentran canciones como "Te vas", "Me enamoré de ti y qué", "Que levante la mano", entre otras- que le reportó buenos ingresos, reconocimiento musical y el amor del público.
En primera persona, Jürgensen se dio cuenta que estaba gestándose un nuevo exponente de la cumbia local. Eso es lo que cuenta en las primeras páginas de "Yo soy Américo" (Ediciones B, $12.000), biografía autorizada por Américo, nacido el 24 de diciembre de 1977 bajo el nombre de Domingo Johnny Vega Urzúa.
En esta nueva obra -la segunda en la carrera del periodista después de "Dulce patria, historias de la música chilena", publicada el año pasado- el escritor toma como puntapié inicial la nota que hizo para el medio escrito hace casi 10 años. "A Américo y su equipo les gustó cómo había quedado la crónica y me invitaron a hacer una biografía", revela Mauricio Jürgensen a Emol.
"En ese momento, la idea era publicarla antes que debutara en Viña del Mar -que ocurrió en febrero de 2010-, que se hiciera rápido y se vendiera en los quioscos. El tema es que empezamos a trabajar en ese proyecto, pero a poco andar lo abandonamos básicamente porque Américo se llenó de compromisos y la cosa cambió".
Tras una pausa, en 2017 retomaron la idea de seguir trabajando en la biografía, la que fue lanzada el pasado martes 12 de junio en el Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM) en compañía del mismo Américo. "Le dije que era el momento de contar ahora la historia y fue súper oportuno porque había pasado el tiempo suficiente como para tener mejor perspectiva de su vida, carrera y justo cuando estaba cumpliendo 40 años.
Eso explica por qué este proyecto de 2009 salió este año", agrega el también locutor de radio Cooperativa. En 192 páginas, el experto en música repasa la vida de la figura oriunda del norte de Chile, contando pasajes cruciales de su niñez, de su etapa como adolescente fanático del grunge, de las alegrías y las tristezas que enfrentó.
Todo en un tono "novelesco", narrado en tercera persona, pero que también cuenta con citas textuales de "Mingo", como también es conocido por sus cercanos. Según el periodista, juntos acordaron contar "la historia completa, la de verdad", porque Américo le confesó a él estar en un punto de su vida en el que no tenía "nada que perder".
Por ello es que no tuvo tapujos en revelar lo que significó para él ser padre a los 16 años, acompañar a su papá a cantar por las calles y ferias desde pequeño, intentar suicidarse a los 18 y sufrir adicción al alcohol siendo ya un adulto. "La historia de Américo es la historia de Domingo Vega, que no necesariamente fueron la misma persona durante el mucho tiempo, pero que al final del camino se encuentran", dice Mauricio, quien cree que todos estos "capítulos más oscuros" de su vida "sirven para poner en contexto todo lo que vivió y ha vivido para convertirse en quién es".
"Yo soy Américo" dedica un capítulo especial a Melvin Américo Vega Cadima, padre del intérprete de "Traicionera", un hombre tan terco como perseverante que impulsó a su hijo a cantar desde muy chico y que en su adolescencia le dejó en claro que lo suyo era estar parado con un micrófono en mano frente al público y no escondido tras una batería tocando "All Apologies" de Nirvana junto a su banda Redrum.
No fue un padre ejemplar. Dos veces intentó acabar con su vida frente a los ojos de "Mingo" tras separarse de Leyla Urzúa, la madre del artista. Sin embargo, el periodista dice que el tiempo ayudó a reconstruir la relación de él con su papá, Melvin "Corazón" Américo, nombre artístico que eligió para hacerse conocido como intérprete de boleros y canciones cebolla.
Américo tenía siete años cuando Melvin lo obligó interpretar improvisadamente "Palabra de Honor" de Luis Miguel en el Parque Lauca en Arica. Fue en un evento organizado por vecinos de la población San José durante el verano de 1985. Su hermano mayor, Darwin, se había arrepentido de salir al escenario y "Mingo" tuvo que salvar la honra familiar. Eso fue el inicio de todo.
Este relato podría parecerse a la popular producción de Netflix "Luis Miguel, la serie", donde Luisito Rey, padre de la estrella musical mexicana, es perfilado como un villano que abusa del talento de su hijo para sacar provecho económico de él. "Es muy tentador verlo como él", asegura Mauricio.
"El mismo Américo se ríe de eso. Algunos amigos lo molestan con él, porque efectivamente es un padre que lo mete en la música muy temprano, que de algún modo descuida cierta parte de su niñez, pero hablando con Américo sobre su padre en muchas oportunidades fui descubriendo más capas.
Es como un villano querible, si tú quieres. Es como esos malos de la película que uno termina salvándolos, queriéndolos. Por eso hay un capítulo exclusivamente dedicado al papá y que explica un poco el contexto de la vida de este", agrega el comunicador.
"El papá de Américo fue un hombre que no tuvo padre, que pidió limosna en la calle, que se tuvo que hacer solo y que con las herramientas que tuvo logró sacar adelante a una familia, inventarse un nombre, una personalidad y subsistir, y me parece que eso también es admirable", destaca Jürgensen.
"A diferencia de Luisito Rey, que en la serie queda descrito como un villano implacable, sin matices, creo que no es el caso de Melvin. Américo tiene recuerdos de niñez con su papá que son bien divertidos, bien entrañables (...). Hay una relación cariñosa y de respeto más allá de todas las cosas que les tocó vivir juntos", finaliza.