La pandemia del coronavirus en Brasil continúa en plena fase de aceleración, con un nuevo récord de 1,641 muertos en las últimas 24 horas, informaron este martes fuentes oficiales.
El país sudamericano, con los hospitales de varios estados al borde del colapso, suma 257, 361 muertos de covid-19, un balance superado solo por Estados Unidos, según datos del Ministerio de Salud. El récord anterior era del 29 de julio pasado, cuando se registraron 1,595 fallecimientos.
En los últimos siete días, el promedio es de 1,262 decesos diarios, una cifra que hasta febrero nunca había superado los 1,100 casos.
Reportes oficiales señalan, además, que en las últimas 24 horas se registraron 59,925 contagios, que desde el primer caso en febrero de 2020 ya totalizan 10.6 millones.
La pandemia en Brasil ha estado constantemente marcada por tensiones entre los gobernadores de la mayoría de los estados y el presidente Jair Bolsonaro, que minimizó la importancia de la crisis sanitaria, promovió aglomeraciones sin uso de máscaras y se opuso a las medidas de confinamiento por sus impactos económicos.
Asimismo, la campaña de vacunación empezó a mediados de enero, con retraso frente a muchos países, y se vio interrumpida en varias regiones por falta de dosis.
El repunte actual fue relacionado según expertos con las festividades de año nuevo y las celebraciones de carnaval que se realizaron en muchos lugares, pese a la prohibición de reuniones en los principales estados. Una variante amazónica del virus sería igualmente mucho más contagiosa, según los estudios.
"Si no colaboramos con las autoridades y las autoridades no colaboran con nosotros, no conseguiremos controlar la enfermedad", dijo la neumóloga e investigadora Margareth Dalcolmo, de la Fundación Fiocruz, en declaraciones a la televisión GloboNews.
Más medidas preventivas
Los secretarios de salud de los 27 estados brasileños emitieron el lunes un angustiante comunicado, pidiendo "la adopción inmediata de medidas para evitar el eminente colapso nacional de las redes pública y privada de salud", incluyendo la imposición de un toque de queda entre las 20H00 y las 06H00 en todo el país, un deseo que puede parecer lejano, ante la vibrante vida que se constata en los bares y playas de numerosas ciudades brasileñas.
Según un reporte del prestigioso instituto Fiocruz, la tasa de ocupación de camas en las unidades de cuidados intensivos para adultos es superior al 80 % en 20 capitales de estados.
En términos relativos, Brasil, un país de 212 millones de habitantes, registra un promedio de 122 muertos por 100,000 habitantes, una cifra muy inferior a la de países como Reino Unido (182/100,000) o Bélgica (191/100,000).
Pero algunos estados brasileños ostentan números que dan la pauta de la tragedia que vive el país: en Rio de Janeiro, con 33,176 decesos, el promedio es de 192 muertos/100,000 habitantes. Y en Amazonas, donde este año decenas de personas fallecieron por falta de oxígeno en los hospitales, el promedio es de 266 muertos/100,000 habitantes.
También la próspera región sur, la menos afectada hasta ahora en términos relativos, vive un repunte de casos y de óbitos. En Florianópolis (capital de Santa Catarina), la ocupación de camas en las UCI es de 98 % y en Porto Alegre (capital de Rio Grande do Sul), la tasa de ocupación llega a 80 por ciento.