Oh I'm just counting

"Caupolicanazo" de Frei el 27 de agosto de 1980 y la Constituyente. Por Eduardo Guillermo Reveco, ingeniero

El 27 de Agosto de 1980, el presidente Eduardo Frei Montalva nos llamaba a iniciar un proceso constituyente en el que la soberanía vuelva a su origen: el pueblo. La exigencia planteada por el presidente mártir en el histórico acto del Caupolicán tardó cuarenta y un años en hacerse realidad.

El Presidente Frei creó no sólo un discurso para decir No al Plebiscito que convocaba la dictadura a la ciudadanía a apoyar la Constitución de 1980, sino que indicó la visión de la senda democrática para devolver al pueblo el control y el poder que garantizara sus libertades individuales.

Frei habló en nombre de la mayoría nacional: “Que constituido este gobierno de transición se elija por votación popular una Asamblea Constituyente u otro organismo auténticamente representativo de todas las corrientes de opinión nacional, como fue en 1925, que tendrá a su cargo la elaboración de un proyecto de Constitución. Este proyecto se someterá a plebiscito, bajo un sistema que dé absolutas garantías, y con opciones claramente definidas y plena libertad de expresión.”

Al encuentro en el Teatro Caupolicán, llamado “Acto de los Chilenos Libres”, llegaron miles de personas que representaban diferentes tendencias, pensamientos y sensibilidades que abarrotaron el teatro y miles más no alcanzaron a entrar en medio de un despliegue represivo de los organismos de seguridad. Todos tenían la claridad de estar en un momento histórico, y así fue. Se inicia un proceso de movilizaciones sociales y electorales que terminó con el triunfo del NO y el retorno a la democracia. En los gobiernos democráticos de la Concertación y la Nueva Mayoría se avanzó en una serie de reformas de la constitución centrada en eliminar el rol tutelar y las autonomía constitucional de las Fuerzas Armadas, se modifican las leyes que regulan su funcionamiento, se eliminó el artículo 8 que excluía a la izquierda y se cambia el sistema electoral logrando con esto desmantelar dos de los pilares de la Constitución del 80, la democracia tutelada por las Fuerzas Armadas y la democracia protegida de las mayorías.  El tercer pilar del diseño de la constitución del 80, el rol subsidiario del Estado sigue vigente.

Desde el 18 de Octubre del 2019 millones de ciudadanos salimos a las calles exigiendo cambios al modelo, mejores pensiones, salud, educación, paridad, respeto a los pueblos originarios, mayor respeto del medio ambiente, entre otras demandas. Movimiento, que a pesar de la gran reforma constitucional del Presidente Lagos en el 2005, es precedido por diversas movilizaciones sociales como el de los pingüinos, Hidro Aysén, el NO + AFP, liberadoras movilizaciones femeninas que representan un largo proceso de deslegitimación de la constitución del 80. Tal como las movilizaciones sociales y electorales de los 80 abren el camino a la democracia y la libertad, esta serie de movilizaciones abre el camino al acuerdo político Por la Paz Social y la Nueva Constitución y al proceso constituyente.

Luego de este largo camino recorrido, hoy esperamos que la nueva constitución esté a la altura del problema que tiene que solucionar y que desde mi punto de vista debe tener un arista política, que la nueva constitución constituya una modelo en que la política institucional sea vista por la gente como una forma efectiva de ser parte de las decisiones fundamentales. Una arista social, eliminar el estado subsidiario que en Chile asegura las condiciones de mercado a la hora a atender la seguridad social, y una arista económica, pronunciarse respecto del Estado y la economía, definiendo que el contenido económico de los recursos comunes deben ser recuperado para el Bien Común y debe crear una forma a través de las cuales el Estado pueda dar una orientación estratégica sin ser planificación centralizada.

En este momento constituyente histórico para nuestra Patria resuenan las palabras del hombre y del estadista que hace cuarenta y un años en el Caupolicán visionó este camino para nuestro país llamando a la unidad y la esperanza de un mejor porvenir, Frei nos decía: “La esperanza de Chile no tiene el nombre de una persona, la esperanza de Chile es el pueblo de Chile”, este potente liderazgo de la oposición a la Dictadura le costaría la vida la Presidente.