Oh I'm just counting

Chatear. Por Jorge Orellana Lavanderos. Escritor y maratonista

¿Quién puede dudar de los beneficios del chat? Pero es bueno en ocasiones sustraerse a ciertas tentaciones.
Por el sendero en que corría, que había iniciado un sinuoso recorrido por el bosque, surgió de pronto la fascinante imagen de un vigoroso joven que en un cruce se incorporó a la senda, iba mucho más de prisa que yo, pero al darme alcance disminuyó la marcha, me sonrió con gentileza y me abordó con sabias palabras.
 
-La ciudad declina – Caviló, pues decae la justicia y la solidaridad, ideales supremos de una auténtica democracia…, pero prevalece el río, y el cerro, y la brisa de la primavera estremece los brotes de la hierba tierna. Entonces… ¿Por qué vas con el ceño tan fruncido?
-Es cierto todo lo que dices – Acaté algo sorprendido, el esplendor de la naturaleza ha menguado la desazón que me embistió, pero aún viajan en mi semblante algunos pliegues que la delatan.
-Si quieres – Replicó, podemos charlar sobre lo que te aflige, también cargo un desconsuelo, pero quiero evadirlo por ahora, tal vez cuando volvamos a encontrarnos, si estás con ánimo, te lo puedo contar.
-De acuerdo, es cierto que no es bueno compartir una pena cuando aún no maduró al interior del alma, conviene deglutirla antes de comentarla, para sacudirse del sesgo que pudo dejarnos su impresión inicial.
-Adelante entonces, tenemos una espléndida mañana, y se anuncia un sol piadoso que acude a entibiarnos el alma - Me instó a confesarme, y confiado de su amable acento, inicié mi relato.
 
-Pertenezco a varios grupos de chat integrados por personas disímiles, y aquello contiene la insustituible riqueza de tener diversos puntos de vista. Nuestra coincidencia radica en el deseo de aportar, desde cada postura, a un mejor destino para el país, y aunque los intereses para lograrlo difieren, tal definición anima los espíritus que anidan en el grupo, pero a veces es difícil sustraerse a la tentación del debate, que suele hacerse inconducente.
Se abre el bosque al alcanzar un páramo de verde prado y la mañana que deslumbra agita nuestros corazones. Observo su imagen que el sol subraya y caigo en cuenta de que es algo mayor de lo que había supuesto, pero no lo comento, porque es él quien habla.
-Sumérgete en lo cotidiano y verás cómo irrumpen con espontaneidad las maravillas – Me invitó a continuar mi narración.
 
-Hace unos días en la televisión – Confidencié, me acongojó el dolor de una mujer que hace unos meses perdió, producto de una bala loca, a su niño de un año, y presencié ahora que el hecho se repitió, y la bala loca en curso desbocado, le quitó la vida a una madre mientras amamantaba a su hijo, y me acogió el temor de caer en la insensibilidad frente a tales excesos, y me atormenté de ser parte de la indolencia que acepta inconmovible el ataque de unos pocos dañando la paz de muchos. Y me pregunto ¿No es del caso condenar con fuerza tales actos y exigir su represión con igual carácter?
 
-El uso del terror que afecta tanto al inocente como al culpable siempre es un crimen, y así como la ley injusta no es ley, la autoridad injusta tampoco lo es – Respondió citando a un gran hombre.
-La libertad del chat, nos permite comunicamos para invitar a una reunión o para reenviar algo que asumimos de interés para el resto, y en ocasiones, para debatir sobre una idea. En este último caso, es frecuente el uso de la célebre frase de un pensador para apoyarse en su idea, y ocurre a veces que al sacarla de contexto, se desvirtúa el sentido que la inspiró – Y en silencio aguardé por su opinión.
 
-Es cierto – Respondió contra mis temores. En el evangelio por ejemplo, hallarás muchas citas utilizadas por lectores con sentidos opuestos. En mi larga vida continuó - y su declaración me sorprendió sobremanera - he escuchado diversas interpretaciones sobre la Parábola de Los Talentos, y es bueno que así sea, porque La Biblia es un libro que invita a reflexionar sobre sus pasajes, por lo que no es apropiado citarla por sus frases pero es en cambio conveniente apoyarse en el sentido que inspiró sus escrituras, y esto aplica para todo texto, siempre valerse del mensaje que transmite en su fondo sin servirse de citas puntuales.
-¡Esa era mi gran duda! – Le agradecí complacido, y constaté al observarlo con atención que no era solo apariencia, estaba mayor que al comienzo del trote. Noté que poseía ahora una incipiente barriga y que su cabello ralo había encanecido, y continué mientras cruzábamos un misterioso lugar en que al pasar siempre se me recoge el alma.
 
-Es razonable aceptar que la política en su objetivo de lograr el bien común promueva acuerdos, que en ocasiones sin embargo, al tratarse de partidos ideológicamente distantes, puede deducirse que obedecen a una objetable conveniencia partidista, por lo que en tal caso, el pacto debe ser repudiado con energía, ya que el beneficio perseguido por la alianza dista de favorecer a la comunidad, algo que la acción política jamás debe desdeñar, y orienta en cambio hacia la satisfacción de voraces apetitos de poder.
 
-Concuerdo contigo de lo inaceptable que resulta la falta de imaginación sobre ciertas propuestas políticas y lo paradójico de que en ciertos casos los dirigentes no capten el desconcierto que inducen a sus propias bases. Me permito recordarte - dijo, que al ir contra la corriente el salmón simboliza el coraje, y es obligación de un líder desasirse de toda forma de candidez y apelar a su vigor para enunciar, mediante sus propias ideas, obtenidas a partir de los textos de sabiduría, acciones concretas y traspasar con voz propia el legado adquirido. Has de saber amigo, que el verdadero sabio es el que predica la doctrina sin palabras.
 
Corríamos por un solitario paraje, y me intimida - le digo, la fugacidad de la vida. ¿Cuánto tiempo me resta? ¿Cuándo se debe actuar? Y al atisbarlo por su respuesta, advierto que su silueta corresponde a la de un hombre mayor, en el que se ha acumulado el implacable paso del tiempo. Entonces, paralizando mis conjeturas, habló a mi lado con voz cascada el hombre grueso y calvo en el que se había convertido.
-Nuestra fragilidad hace que permanezcamos suspendidos en el centro de un abismo, equidistante de ambas orillas – Dijo acentuando su entonación melancólica, y cuando los oblicuos rayos del sol alcanzaban la verticalidad, le planteé mi última inquietud, que respondió así.
 
-Esta es una excelente oportunidad para un líder de imponer su carácter, fuerza, resolución y sensibilidad, valores que lo acercan a la virtud. Para oírlo tuve que disminuir el ritmo de mi trote pues me di cuenta que hacía un esfuerzo prodigioso, pero peligroso, y que la voz que hablaba a mi lado ahora, tenía el inconfundible acento de un anciano.
 
-Eso motivó las grietas en mi semblante – le informé, las que descubriste en mi entrecejo no eran más que mis dudas sobre la utilidad del chat, que concluyo, no es más que una herramienta en el difícil arte del debate, algo que requiere mucha prudencia y sobre todo buen juicio.
Giré la cabeza en espera de su asentimiento o comentario, y percibí en el silencio del bosque, con prístina claridad, el trino de los pájaros, pero el anciano se había esfumado sin dejar rastro, y me quedé solo, intentando atrapar el fugaz paso de un segundo, absorto en la gloriosa mañana.